miércoles, diciembre 19, 2007

De aquellos hielos estas aguas

En los grandes proyectos de infraestructuras de nuestras islas, apenas se atiende a la importancia de los imbornales ni canales de evacuación. Por resultado tenemos en consecuencia unas inundaciones inabordables, una protección civil (dónde está) virtual y una isla que comienza a ser peligrosa.
Pensaba yo en los millones de toneladas cúbicas de agua que están aumentando el nivel del mar, día tras día, año tras año.
Groenlandia y gran parte de los hielos eternos del Polo Norte se están derritiendo a una velocidad no prevista e impensable hace cinco años. Así que los efectos del deshielo no serán perceptibles de aquí a cien años sino de aquí a cien días.
Así están las cosas.
¿Se tienen en cuenta estos aumentos de nivel en los proyectos de las infraestructuras? Qué va, eso es impensable, en unos diseños que después no saben resolver la inclinación del peralte de una ruta o de una vía sencilla.
Pero más valdría hacer las cosas bien, porque no se sabe cuando habrá dinero para pagar todo esto, no digo ya para hacer reparaciones en el futuro. Se han terminado las ubres, los planes de embellecimiento, planes de cohesión de los fondos europeos, etc. Ibiza y Formentera sólo crean dinero para entregarlo al Estado, que es un pozo sin fondo y que encima lo destina a los más ricos de España, que son los vascos, entre otros.
Los hielos de Groenlandia se derriten a toda velocidad, según los seguimientos por satélite y complejos estudios de la universidad de Colorado, Estados Unidos. «El volumen del hielo perdido por Groenlandia en el último año equivale al doble del hielo acumulado en los Alpes», ha explicado el autor del estudio, Konrad Steffen, quien dirige el Instituto Cooperativo para la Investigación en Ciencias Ambientales de la Universidad en Boulder.
Uno se queda sin palabras, porque lo que han sido auténticas montañas de hielo milenarias, con su equilibrio habitado por una fauna muy especializada, ahora se ha convertido en un manantial imponente de aguas en estado líquido que se incorpora al caudal oceánico existente.
Por otra parte, sabemos por estudios de tipo específico local que Ibiza ha perdido en los últimos cien años muchas precipitaciones (en Ibiza suelen ser siempre lluvia), casi un treinta por ciento. El dato es muy fuerte, porque hay que circunscribirlo en un ámbito donde también se ha roto el equilibrio interno y externo de las aguas dulces. Llueve mucho menos y nosotros hemos salinizado los acuíferos subterráneos.
Pero es que es mucho peor todavía, mucho más grave: a la subida del nivel de las aguas del mar -y eso en caso de tormenta, cinco meses al año será costoso- hay que sumar un asalitramiento, y todo ello sumado al aumento de las temperaturas. ¿Captas, Mariano?


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