miércoles, mayo 07, 2014

Ibiza, sin alemanes ni españoles

Ibiza y Formentera perdieron a los turistas alemanes durante la primera década del siglo XXI. Mientras Mallorca rebosaba de alemanes, el archipiélago pitiuso se veía sin su habitual desfile de barrigas cerveceras. Saltó la alarma, pero ya era muy tarde. Entre la mala imagen ecológica de Ibiza, en especial desde la construcción de las enormes autovías, y los tejemanejes de las compañías low cost centradas en Mallorca, nosotros nos vimos sin uno de los mayores contingentes, uno de los más importantes, de nuestra temporada turística. Cuando descubrimos que Ibiza solo recibiría alemanes a partir del ´efecto rebose´ (cuando ya no cupiera un turista más en la Mallorca rebosante lo mandarían hacia Formentera) ya nos dimos cuenta de la situación.
¿Y cómo ha sido entonces que Ibiza y Formentera han ido recuperando bastante al turista alemán? Por casualidad o a consecuencia de la cadena de revueltas, revoluciones y guerras civiles de los países árabes de la ribera Sur del Mediterráneo. Comenzó en septiembre de 2009 en el Sahara contra Marruecos. Un mes después se desató la furia social en Túnez y ya nadie supo apagar la mecha que iba haciendo saltar todo a su paso. Hasta el día de hoy, en que llevamos 3 temporadas de mayor abundancia germánica. Y por esto estamos contentos. Hete aquí que cuando estábamos celebrando la nueva llegada de alemanes, caemos en la cuenta de que hemos perdido a los turistas españoles. Madre mía, vaya si se iba a notar. La crisis ya era imparable en pleno zapaterismo, en 2007, que no quería aceptarla y la silenció. A crédito se vive mejor y fue ya en 2008 cuando los españoles empiezan a darse cuenta de que no solo no son ricos, sino que se les ha terminado la línea de crédito. Todavía sería peor cuando empezaron a cerrar empresas en cadena: un año terrible fue 2009. Ningún país ni institución extranjera se fiaban de la solvencia moral ni de la preparación técnica de los sucesivos gobiernos socialistas y sabían bien porqué: o ellos estaban igual o gozaban de información muy concreta de la banca alemana. Para entonces, el turismo español en Ibiza ya había tocado a su fin.
Las guerras del mediterráneo islámico han salvado una vez más nuestro turismo al permitir que las clases medias británicas, alemanas, francesas ocuparan el sitio dejado libre por los españoles. Ya es mala suerte, cuando teníamos a los alemanes en proceso de recuperación, los españoles entran en su peor declive. Bien, en estas estamos en 2014, intentando juntar ambos procesos en fase ascendente. Sabemos bien que el turista europeo nos asegura una buena temporada, salvo imprevistos. Y sabemos también que los españoles han decidido salir de vacaciones, como ya se ha demostrado en los primeros meses.
Un aumento de casi un 10% presagia una temporada con creciente número de nacionales. Pero templemos nuestra euforia, me temo que más que una recuperación del vacacionista, es una aguada excursión, una salida de unos días, una escapada. Veremos.