miércoles, marzo 27, 2013

Unas cifras muy extrañas

Montaje apocalíptico de Iñigo Morales de Rada

Desde hace algo más de un año tengo una sensación muy extraña: me gusta leer las cifras siempre que no sean prolijas, en tablas interminables, porque sintetizan un hecho, situación o tendencia con la contundencia cuadrada o cuadriculada donde las palabras no llegan, ni siquiera las palabras exactas de un poeta grande como Kavafis, o como Rosselló-Pòrcel, quizás el mayor poeta de Baleares del siglo XX, aunque esto es opinable.
¿Y cuál es el problema? Que las cifras me describen la realidad, pero no me la explican. Y muy a menudo me desconciertan, porque los hechos que yo voy conociendo contradicen incluso la frialdad matemática que el Diario suele publicar en primera página.
Voy a poner unos ejemplos, pero hay decenas: «Vila fue en 2012 el destino turístico español con mayor rentabilidad de sus hoteles». Pues, vaya, como diría el desternillante señor Jeeves de Woodehouse, cómo estarán los hoteles españoles. Vila, Eivissa, Ibiza ciudad, es donde los hoteles aprietan más a los clientes. No me cuadra, ya sé que los hoteles ganan dinero, y la prueba es que se agrieta la torre de la catedral, se cae el Museo Arqueológico de Dalt Vila –cerrado ya para toda la eternidad, no lo duden– pero hoteles, lo que se dice hoteles, no se derriba ni se cae ni uno, como no sea para volver a construir otro hotel.
Aquí el único hotel que yo recuerdo que fue dinamitado por un ministro de Franco fue el Insula Augusta (¿1972?), propiedad de un joven empresario pitiuso que se llamaba Abel Matutes Juan y se sigue llamando así, gracias a Dios, porque sigue bien vivo, y que no hay que confundir con su hijo, Abel Matutes Prats, un importante refuerzo en la labor constructora del grupo Matutes.
Por lo tanto, no entiendo la veracidad de esta cifra, como se me escapa cómo puede ser rentable una estación de buses donde se cobran 5 euros por entrada y salida, un precio muy superior a los de la inmensa mayoría de ciudades españolas. ¿Tendremos que huir todos de Ibiza?
Ya verán como al final alguien del Partido Popular firmará este disparate que nació como engendro diabólico en tiempos psocialistas, como no es de extrañar.
Tampoco me cuadran los números de población. Que Ibiza aumenta, que va a aumentar..., todos los casos que conozco, y ya hace años, me informan de un vaciamiento de Formentera y de Ibiza. ¿Es probable que estén empadronados en algún municipio de las Pitiusas muchos de los que se van a Teruel, Soria, Extremadura, Almería, Vietnam, Goa, norte de la India, Marruecos, sur de Portugal, etc. para pasar un invierno más barato y más habitable? Puede ser. ¿Entonces? No lo sé, tendría que pensarlo e informarme mejor: nacen muchos niños, hijos de inmigrantes, pero me gustaría saber si se va a mantener esta constante paridora cuando tengan que hacer frente a los precios de la cesta de la compra en ambas islas. No lo sé. Los datos no me explican gran cosa.