Como mi opinión sobre
mazacotes como el Ibivegas (o EiviVegas) está bastante clara, no voy
a incidir en este punto. Tiempo habrá para que cada cual se vaya
retratando.
No me asombra el
despliegue publicitario de esta urbanización privada, pero no me
impresiona. ¿A quién pretenden deslumbrar, sabiendo que en Ibiza
nos conocemos todos y los inversores tienen información muy
detallada sobre este tipo de negocios?
Ibiza era la perla del
Mediterráneo -una de tantas, seamos sensatos- antes de que
Matutes(los) y otras decenas de empresarios la emprendieran a
ladrillazos.
Ahora será muy difícil
convencer a nadie. En nuestras aguas no hay perlas, ya no quedan ni
nacras, enclochas. Quedan
muchas medusas en unas aguas no siempre muy plausibles.
Pero
en general toda idea que se presenta al público es digna de ser
considerada, sobre todo si se adapta a las leyes y aporta nuevas
oportunidades a la sociedad. Por contra, usar el victimismo
precisamente quien más favores ha recibido, es tan inútil como
patético.
Ni
siquiera han renovado la lista de alicientes, la misma que ya
utilizaron para justificar las autovías: creación de puestos de
trabajo, mejora de la seguridad, turismo de calidad,
desestacionalización, puestos de trabajo para los ibicencos... basta
mirar uno por uno si estos supuestos se han cumplido nunca y si se
cumplen ahora mismo. Que cada cual se responda a si mismo.
Criterios
técnicos: sin ser especialista tengo muchas dudas. Me parece un
colosalismo que no viene respaldado por ninguna garantía: cesiones
que pueden ser regalos envenenados para el contribuyente, aumento de
afluencia de vehículos que colapsarían la autovía al aeropuerto, y
un centro comercial que no disimula la pretensión de arrasar con los
comercios de la isla, duplicando la superficie de todos los actuales
hipermercados existentes hoy, según algunos cálculos.
Hace
unas semanas visité algo parecido entre Badajoz y Elvas, una
preciosa ciudad portuguesa, que el año pasada fue nombrada
Patrimonio de la Humanidad, como Ibiza. La recomiendo a mis amigos
ibicencos que salgan de la isla con su vehículo. Y que vayan a comer
al restaurante Cristo, una delicia muy bien de precio.
El
centro comercial, una auténtica ciudad, se llama El Faro y no se
habla de otra cosa. Se podrán hacer una idea en este video.
Al lado de una de las más bonitas y oxigenadas ciudades
universitarias de España, y he visto unas cuantas.
En
total, el Faro tiene 66.000 metros cuadrados, por 55.000 el IbiVegas.
Verán que en la extensión interminable de Extremadura, una
maravillosa región prácticamente deshabitada (algo más de un
millón de habitantes) El Faro tiene sentido y un gran éxito, hasta
el momento.
Pero
Ibiza es totalmente distinta. Comprendo que el inversor ha de vender
sus ideas y su producto, pero en esta ocasión lo veo tan poco claro
como el puerto deportivo. El final de la playa puede convertirse en
un callejón sin salida, saturado, ruidoso y poco atractivo. Claro
que puedo estar equivocado.