No se necesita vista de lince para deducir que esta campaña turística que se avecina será una hermosa batalla.
En principio reúne todos los ingredientes necesarios para superar, incluso, el extraño y sangriento 2011.
La previsión y la mentalización nos podrá ayudar en estos tres meses que serán, una vez más, caóticos y para muchos, extenuantes. El toro nos pillará, pero estaremos prevenidos.
Quedan unos cincuenta días o menos para terminar obras y ultimar detalles en las infraestructuras. Los ayuntamientos pitiusos ya no tienen excusas, ni siquiera el bajo presupuesto. No se lo hubieran pulido donde y cuando no debían.
Hay gente responsable al frente y ellos se ocuparán de alguna manera de los refuerzos de plantillas. Uno piensa en el personal sanitario y personal de seguridad en sus diversas vertientes, no solo la estrictamente policial.
Aparte del grupo humano, imprescindible, 2012, año del Dragón de Agua, es proclive a grandes amenazas naturales, pero son domeñables. ¿Tsunamis, terremotos, infestación de garrapatas o de culebras bastardas?
No. Uno piensa en el crecimiento de accidentes en el mar (2011 obtuvo un triste récord) y de ahogados.
El previsible aumento de accidentes náuticos podría incrementarse escandalosamente si se sigue atiborrando la isla de lanchas y de yates durante los meses punta. No quiero imaginar dos puertos deportivos más: están casi vacíos durante todo el año, pero en julio y agosto la isla se pone a reventar.
Esto tendrá un precio. Ya lo estamos pagando, en forma de erosión y destrozos en nuestras imprescindibles praderas de posidonia, contaminación, etc.
Pero no era en todo esto en lo que pensaba cuando me referí a catástrofes naturales. Yo sigo pensando en los incendios forestales. Ibiza sigue en peligro. Es demasiado fácil prender fuego –accidental o incidentalmente– a una auténtica yesca a 40º. El bosque ocupa zonas muy peligrosas y sensibles para la seguridad. O a la inversa, muchos edificios han cometido la torpeza o la ilegalidad (en algunos casos) de ubicarse en zonas donde jamás los había habido.
Hoy escribo todo el artículo de memoria y sin consultar datos, pero no es necesario. Todos recordamos con desasosiego el 2011 como un año destructivo para nuestra botánica. En el mar, los destrozos en los espacios de posidonia han sido demostrados muy gráficamente. Y los incendios forestales fueron noticia mundial.
Posidonias en el mar, pinos en tierra, Ibiza recibió fuertes agresiones durante el año pasado.
Nos quedan unas semanas para desbrozar, arreglar, podar, adecentar. Todo lo demás quizás solo sea cuestión de suerte, peor no creo.
Por esto decía que nos estamos preparando para una campaña que será dura.
Al toro.