Greguerías y pensamientos de calendario púrpura del fenicio errante:
Los ibicencos en general notarán a partir de marzo o antes el calado de los recortes, esto los que ya no los hayan experimentado en propia piel.
Los formenterenses parecen mejor surtidos, pero también les llegará su hora.
Tiene gracia que la gente critique al Govern por los mini-recortes ejecutados hasta ahora. Como si a ningún político le gustara funcionar a la baja. Les encanta el derroche, también a los del PP (véase al peligroso Gallardón o a los atmosféricos levantinos de la Comunidad Valenciana).
Pero en general, los que critican los recortes, la reconversión y el reciclaje son los socialistas o los nazional-socialistas, es decir los mismos que ha llevado la administración (y a los españoles de paso) a la ruina más descarnada. Quizás tienen la creencia mágica y pre-lógica que han intentado poner en práctica cuando gobernaron: basta con desear una cosa y echar mano de la protesta para que una situación tome el rumbo deseado.
Así, si nos quejamos de los recortes dinerarios y de servicios, el Govern se sentirá imprecado y dará marcha atrás y al final nos dará todo lo que le pidamos.
Los que piensan así están doblemente equivocados: por a) no reconocen el alcance del mal que provocaron cuando gobernaban y b) no conocen ahora la decisión de Bauzá y de su equipo. No reconocer la realidad de una situación política y social ya es malo en sí mismo, pero minusvalorar a un equipo de Gobierno recién nombrado es igualmente alarmante.
En resumen: estamos bastante dañados. Baleares ha sufrido grandes males de los años del Pacte o como se llamara el conglomerado nacionalista, socialista junto a los aprovechados de derechas de UM (tienen a tantos imputados que tuvieron incluso que cambiar de nombre para poder presentarse). El hecho es que hay que rediseñar totalmente la política de subvenciones y aparcarla (o jubilarla) en gran parte esta. Se acabaron las vacas gordas, los premios en catalán (solo en catalán, claro), las ayudas interminables y sospechosas. Se acabó el sectarismo o esto espero.
Habrá que reconvertir y reciclar a todos los empleados públicos que se pueda, pero en gran parte tendrían que destinar su exquisito talento a la empresa privada, creando riqueza en vez de pulirse el dinero del contribuyente. En paralelo, los ciudadanos veremos que nos suben el canon de agua, las tasas de basuras, los precios de la energía, probablemente también los arbitrios o el IBI o como se llame. Las arcas han quedado vacías, perdón, vacías sería bueno: han quedado repletas de facturas pendientes de pago. Mientras la despilfarradora Lurdes Costa se queja de los presupuestos del 2012, «grises y pobres de ideas», la iniciativa privada lo hace por la subida de las tasas de la basura, etc.
No servirán de nada las quejas. Más valdría preguntarse por qué las administraciones están arruinadas y tomar nota. Olvidar es peligroso. (Más en Twitter: https://twitter.com/#!/MarianoPlanells).
