miércoles, diciembre 10, 2014

Cómo cazar serpientes


Quizás porque ya he escrito numerosos artículos sobre las serpientes en Ibiza (culebras y víboras) no pocos me han hecho llegar la pregunta crucial: «Bien, pero ¿cómo se cazan?». Si seguimos inmersos en esa crisis interminable la próxima pregunta será cómo se guisan. Por cierto, están sabrosas y son comestibles.
Yo no sé cómo se cazan, pero lo he mirado. En Youtube encontrarás varios vídeos bastante curiosos. Escribe en el buscador: como se cazan serpientes. Uno de ellos muestra como un gato doméstico mata a una.
La asombrosa rapidez del ataque viperino no puede alcanzar el pie del gato, rapidísimo en la retirada. Acaba ganando el gato. Lo mismo hace el gallo, el águila, el halcón (si son culebrillas jóvenes) y el erizo. Tiene muchos depredadores naturales. Pero un buen azadón o un mango en la cabeza también dan buen resultado. Intentar manipularlas es algo reservado a los expertos. Pero se hace así: se le inmoviliza la cabeza con un palo o un gancho y se la agarra por detrás del cráneo, pinzándole el cuello con tres dedos, de modo que no pueda soltar el mordisco ni girarse.
Por supuesto, si llevas guantes de jardinero, mejor, pero puede ocurrir la alarma en una urgencia y hay que improvisar. Creo que los policías de Santa Eulalia ya están adiestrados. Mientras sean culebras no hay gran peligro, las complicadas son la víboras y, aunque me ha informado de la existencia de víboras, yo no me lo creeré mientras no se capture un ejemplar. En tal caso, deduzco que sería la víbora hocicuda. Mal rollo, no se acerquen, mejor dejarla para la cena del erizo, que es un blindado natural cuya constitución le hace muy resistente al veneno viperino.
El Consell ha invertido 44.500 euros. Si siguen proliferando acabarán con las salamanquesas y las lagartijas. Leo que en su campaña emplean perros adiestrados para localizarlas. Previamente hay que avisarles de una avistación (al número 112). Los canes las detectan con su olfato, como antaño descubrían los erizos. Mi padre le restregó delante de mí una hiel de erizo en el hocico para que le cogiera rabia. Y vaya sí funcionó. Linda era un perro erizonero. Los que entrenen ahora serán perros culebreros y darán buen resultado. También han instalado trampas, unos tubos de unos 80 cm de largo.
Abiertos por los extremos pero en forma de embudo (yo me imagino una nasa para coger langostas en el mar), así que pueden entrar pero no pueden salir. ¿Por qué deberían entrar en el tubo para refugiarse, si Ibiza está lleno de escombros, piedras y paredes de piedra seca, troncos ahuecados, bosque y follaje? Para comer. Los técnicos han dejado encerrado en el tubo dentro de una jaula inaccesible un sabroso ratón vivo. Las culebras lo huelen a distancia. Y si entra, ya no sale. Pero yo animo a los que tienen casa en el campo a usar gatos, gallos y erizos. Y azadón. Buena suerte y mejor cacería.