sábado, diciembre 27, 2014

Acaba el año, nosotros seguimos


Las islas culminan un año lleno de paradojas, con sus sombras y con algunos éxitos que no podemos despreciar.
Formentera e Ibiza han conseguido sobresalir en sus cifras, logrando unos récords históricos. Gracias al trabajo de muchos empresarios que han sabido adaptarse a una legislación endiablada y expoliadora y que en materia de promoción han logrado engrasar (no digo untar) a la administración para que vierta su energía y su dinero en el siempre proceloso mundo de la promoción.
Pero de ser ustedes, yo no me cargaría de medallas, porque llevamos años recogiendo los restos de los naufragios mediterráneos y subiendo precios gracias a estos millones de turistas prestados.
Vaya, pues, la parte agria y la parte dulce de la misma situación.
Felicítense, pero ni un minuto más de lo necesario para proseguir la captación de mercados.
¿Tendríamos que haber destinado el dinero de la promoción a arreglar los emisarios submarinos que revientan en toda la isla cada inicio de temporada? Etc.
Está claro que la empresa privada genera muchos impuestos, pero seguramente se dedican a la creación de cientos de miles de empleados públicos que no sirven para nada, en vez de ir solucionando las infraestructuras de toda España, que son en definitiva las que nos dan de comer.
El Partido Popular, la gran decepción del siglo XXI disponía de mayoría absoluta y podría haber emprendido la ardua tarea de optimizar recursos, reestructurar el Estado y suprimir mucho gasto público. Y poner el idioma español en las escuelas de Cataluña, Valencia y Baleares en igualdad de condiciones con el catalán. Pues no. Ni siquiera lo ha intentado en serio. Ya no lo hará nunca, porque es un partido que va a quedar -como el PSOE- para entrar al desguace. Son tantas las ocasiones históricas perdidas, los trenes que hemos dejado pasar, que la gente ya no va a renovar su confianza a quienes les han traicionado.
El 2014 ha dejado claro quien sirve, quien engaña y quien traiciona. Ahora vendrán (elecciones en mayo) en manadas de cuatro o cinco a pedirte el voto, se acercarán a ti con una sonrisa. Venid, venid a mi los políticos.
Año de fumigaciones sobre Ibiza, un auténtico bombardeo con el Dimilín (o como se llame) sobre cuyos nefastos efectos colaterales parece haber polémica. Y hay ya denuncias contra la Consejeria.
Los políticos debieran de haberlo detectado: la sociedad balear está hipersensibilizada ante las agresiones al medio: es demasiada destrucción acumulada y vertiginosa a lo largo de cincuenta años. Y costará muchos votos.
Aun así, ya verán como en 2015 tendremos que seguir hablando de los mismos temas. Por desgracia.