miércoles, abril 21, 2010

Un simple volcán islandés


El fenico quiere auto-criticarse y corregir una frase del anterior artículo 'Cortaban el bacalao y otras cosas': «Los daños causados por personajes como Cañellas, Matas, Cardona son irreparables, aunque devuelvan todo lo robado», debiera decir «lo presuntamente robado» porque todavía no hay sentencia firme y cualquiera tiene el principio de inocencia mientras no se demuestre lo contrario.
Tiempos de fogosidad y de tinieblas, por estos malos humos que han puesto a la más avanzada tecnología del planeta en un brete. La Unión Europea está pasando su examen más duro y hoy –escribo el lunes por la tarde– llevamos más de una semana de efusión de este volcán islandés.
Por supuesto que ya ha afectado a Ibiza y a Baleares, al menos episódicamente. Y a Canarias de forma indirecta. Curiosamente, este clima lluvioso forma una barrera protectora y las cenizas van adentrándose en el continente europeo.
Esta borrasca está muy arraigada, no la mueve nadie de momento. Yo disfruto de lluvias diarias desde hace más de diez días. El viento al soplar del sur o del suroeste barre la atmósfera de la Península y las cáusticas cenizas (que pueden crear lluvias ácidas muy peligrosas y prolongadas) van derivando hacia Alemania, Francia, Gran Bretaña, Austria, los Países Bajos, Dinamarca... precisamente los países que nos nutren de turistas. Así que no basta con que nuestros cielos puedan recibir tráfico aéreo: en los países europeos no permiten despegar. Sus aeropuertos están cerrados a cal y canto.
Las pérdidas son pavorosas para las compañías aéreas, y no quiero imaginar lo que hubiera significado para Ibiza esta catástrofe natural desencadenada durante el mes de junio o julio. Es evidente que beneficia a los hoteles y cafeterías de cercanías, a los trenes, buses y taxis, pero Ibiza y Formentera dependen en un porcentaje abrumador del aeropuerto.
En primer término podemos decirlo: hemos tenido suerte en un contexto desgraciado. Pero en Canarias les ha pillado de lleno y la situación se está prolongando, ellos lo saben porque entienden de volcanes.
¿Y de verdad Ibiza queda a salvo de este curioso fenómeno? También afectará a Ibiza de manera indirecta, porque nos estamos ante un efímero episodio que causa molestias, pero las carencias pueden suplirse con proyectos alternativos. Estamos ante una desgracia prolongada que está afectando seriamente a las economías ya heridas de los ciudadanos británicos, alemanes, franceses, italianos del norte, belgas, etc.
El volcán islandés está afectando la economía de los turistas potenciales al Mediterráneo, eso es un hecho por el momento difícilmente cuantificable. Ni las compañías aéreas ni los ciudadanos tienen mucho margen para sufrir percances. No se sabe cuándo pueden aminorarse estas violentas efusiones de lava y humo.
Y en España de momento quedamos a salvo por el colchón creado por la borrasca atlántica. Pero como se imponga el anticiclón, las cenizas pueden llegar de lleno a toda España, incluidas las Baleares.