miércoles, abril 08, 2009

Los chiringuitos tiemblan


Estaba viendo el telediario de Antena 3 y ya estaba aterrizando en una isla paradisíaca cuando oí algo de cerrar los chiringuitos en la costa española.
Caramba con Antena 3, no suele dar noticias buenas ni suele darlas bien y además tienen una fijación tercermundista con las locutoras rubias, pero es lo que hay. Si habla de Ibiza nos pondrá a parir, me digo, aunque en realidad y hablando en propiedad no suele mentir.
En efecto, ya hace más de un mes que tengo la noticia en mi inmodesta mesa, desordenada, sucia, atiborrada de cicatrices de culo de vaso de color morado, que estamos en Semana Santa.
Pero yo le hago mucho caso a mis comentaristas, a quienes tanto debo (incluso me he abierto un Facebook, que hace el ligue fácil con las abuelitas treintañeras y cuarentonas). Y me dije, me dije a mí mismo: ojo chaval, que estás en la cuerda floja; ni se te ocurra sacar nada de la cobra venenosa de la playa d´en Bossa ni mucho menos del cierre anunciado de los chiringuitos de playa, Marià que te la juegas.
Me llamo a mí mismo Marià cuando hablo a solas, para torturarme y endurecer mi espíritu ante las próximas adversidades que se avecinan.
En fin, si ya lo ha dado TV3, incluso el colega Fermín Bocos en esta misma página, bien podría yo intentar echar una manita a los chiringueros pitiusos, que viven permanentemente con el alma en vilo y el corazón en un puño y el puño bien cerrado.
La ministra de Medio Ambiente, Rural y Marino, Elena Espinosa, ha destapado el tarro de las esencias en el III Congreso de la Federación Andaluza de Empresas Cooperativas Agrarias (Faeca), celebrado ya hace un mes en Huelva.
La idea es muy buena sobre el papel y difícil de rebatir: las costas han de quedar limpias y exentas, lo cual induce a pensar que sería conveniente un traslado de los kioscos a los paseos marítimos, es decir, más atrás (en muchos casos cien metros o más), apelando al artículo 60 del reglamento de la Ley de Costas, aprobado en 1989: «únicamente se podrá permitir la ocupación del dominio público marítimo-terrestre para aquellas actividades o instalaciones que, por su naturaleza, no puedan tener otra ubicación».
A partir de aquí, más madera, es la guerra. La Junta de Andalucía se ha opuesto frontalmente (el chiringueo ocupa a unos 50.000 trabajadores) y enseguida se ha sumado la comunidad de Murcia, que ya tiene enfilado y con razón al gobierno ZP por el trasvase y otras cuestiones. También Valencia, muy afectada.
Ignoro la reacción en Ibiza y Formentera, pero deben estar que se suben por las paredes. Como otras veces, este Gobierno amaga, alarma y después cede.
Hoy el peligro está en la crisis. Pero el tema de fondo está ahí y probablemente irá saliendo.
Diario de Ibiza