sábado, abril 25, 2009

La imagen de Ibiza en el exterior


Danielle Rozenberg es una meticulosa socióloga francesa que ha vivido muchos años en Ibiza y que en un momento determinado decidió ordenar sus impresiones y sus sensaciones en un estudio científico que se publicó años después en forma de libro.
´Ibiza, una isla para otra vida. Inmigrantes utópicos, turismo y cambio cultural´ puede ser uno de los títulos, porque este trabajo ha alimentado conferencias, reediciones, resúmenes y en distintos idiomas.
Este trabajo sobre los años 60 y 70 fue muy valorado fuera de Ibiza.
Estos temas son muy importantes para quien viva de la imagen, es decir para casi todo el mundo. En estos días removidos y agitados artificialmente por políticos de medio pelo y especialistas en agit-prop que han seguido actuando en el poder de la misma forma alocada que cuando estaban en la oposición, sería muy interesante tener un trabajo de prensa con estudios y análisis de contenido.
¿Qué piensan sobre Ibiza y Formentera en la Europa de hoy? No lo sé.
Pero es ya una tónica dominante el hecho del rechazo a los nacionalismos hispanos: íberos vascos, carolingios catalanes, celtas o gallegos, etc. Ellos por separado y en conjunto necesitan enfrentarse a un inexistente nacionalismo español. ¿Un nacionalismo que les ha cedido la mayor parte del presupuesto, más que en cualquier estado federal? ¿Un nacionalismo que fomenta el bilingüismo y la co-oficialidad? Esto sí que sería un nacionalismo raro. Tan raro, que no es nacionalismo.
En Europa ya se han dado cuenta. Aunque no puedo hablar por boca de los casi 400 millones de europeos, pues no los conozco a todos uno a uno, sí que debo recordar una simple hilera de periódicos de Italia, de Grecia, de Irlanda, de Alemania y, sobre todo, de Gran Bretaña, que se muestran muy alarmados por la deriva desquiciada que está tomando España. España, que no Iberia.
El costo de los desastres fomentados por los nacionalismos hasta ahora, con una potencia magnificada en base a una obsoleta y peligrosa Ley Electoral, es incalculable. Y el futuro no es mejor, porque los nacionalismos necesitan destruir para poder ellos construir: una ceguera suicida.
´The Economist´ pega unas palizas a Cataluña descomunales cada par de semanas. Hace unos días el Financial Times no entiende el cáustico comportamiento catalán, que ya lo tiene todo y más y por cierto explica que Ibiza se está quedando sin médicos, sea cierto o no. Y el americano ´The New York Times´ va más al fondo: el desplome de precios en España causa una honda preocupación en toda Europa.
Que nacionalistas descerebrados se comporten como cafres en la calle está mal, pero que quienes tienen responsabilidad de gobierno no sepan estar a la altura de la situación es imperdonable. Como diría la tieta: digui?