miércoles, mayo 13, 2015

Cuenta atrás para la ´rentrée´ de los ´hooligans´

El fenicio sabe que en otoño las aguas mediterráneas no son navegables, así que aprovechaba para sumarse a la rentrée de París, para gozar de la FIAC, el equivalente al decadente ARCO español. Hasta que llegó un día en que me saturó tanta banalidad e impostación en el arte contemporáneo y dejé de ir a la feria y a París. Y dejé de ir a ARCO. Debo decir que pasé el ferragosto del año 98 en París: estaba cansado por la pesada exposición de los años 60 en el Museo de Arte Contemporáneo y me apetecía caminar por el París desierto del verano. Lecturas, caminatas y televisión en el sofá. París se deja querer más en verano porque está casi vacío.
En Ibiza también tenemos nuestra rentrée y es ahora cuando la isla, en sentido contrario a París, embucha casi 300.000 turistas con ganas de gresca, sexo, droga y discos. Toda la isla parece y aparece prosternada ante este monotema en su ya monocultivo turístico. Y si no fuera así habría mono de turismo clubber, que en mala hora se adueñó de las Pitiusas, salvo excepciones muy reducidas y muy dispersas.
Ya he puesto la atención en stand by y tan solo leyendo la prensa digital de Baleares no he tenido que esperar ni siquiera unos minutos para encontrarme con el primer chafado por el ´balconing´ (Mallorca) y, como es de rigor, en Ibiza, los primeros derrames en aguas del puerto. Procuraré usar eufemismos, derrames en vez de vertidos, solo el puerto de Ibiza en vez de la mayor parte de las calas de la isla. Pero por mucho que lo silenciemos, nuestras infraestructuras están diseñadas para reventar, de modo que estos chafarrinones de sustancias indescifrables no son accidentales, sino que ya vienen en el guión. Como es sabido y consabido.Las infraestructuras de la isla en general están soportando una sobrecarga que sobrepasa el umbral crítico, bien por viejas y obsoletas, bien porque la población flotante se ha disparado en los últimos cuatro o cinco años.
No podrá decirse que este invierno la prensa local no ha tratado el tema de las desaladoras, depuradores, emisarios submarinos, etc. Prácticamente salíamos a reportaje o a noticia diaria. Que Mallorca haga caso omiso a las desesperadas peticiones fenicias casi entra dentro de lo habitual, pero no se entiende el pasotismo de nuestros políticos ibicencos. Si no saben argumentar o si no quieren deslumbrar a nadie con sus habilidades dialécticas, usen las matemáticas, es decir la fuerza de sus votos en el Parlament. Pero unos y otros saben que no están puestos para el servicio de los ibicencos, sino para servir a la maquinaria del partido. Quien votara fuera de lo prescrito por su portavoz, probablemente sería expulsado. Entre otras razones, es por esto que la gente os quiere tanto, casi os ama con locura. Reentremos.