sábado, septiembre 20, 2014

Tras el turismo de masas, el pastoreo rotativo

Si explico con humor estas cosas que siguen seguro que alguien se va a cabrear conmigo. ¿Cómo se atreve este fenicio a sonreír en estos tiempos tormentosos? Pues precisamente por esto, que nadie nos tumbe nuestro derecho a torear la realidad con una amplia sonrisa torera.
Además, está demostrado por la ciencia empírica: todo tiene arreglo menos la muerte. Por decirlo con una frase, tras unos meses récord de turismo de masas y de todo incluido, podríamos pasar a la fase de pastoreo rotativo. ¿Y eso qué es? dirán. Lo mismo pregunté yo, cuando leí que en Mallorca ya atan los asnos con longaniza, los adornan con un GPS y los ponen a desbrozar el cauce de los torrentes. Se supone que hacen el mismo trabajo que las cabras en al menos dos puntos de Santa Eulalia del Río.
El periodista fotografía a un burro con el consejero Company, lo cual ha dado pie a crueles comentarios de los lectores, e informa que los 18 equinos limpian sa Riera con la técnica del pastoreo eléctrico. 
Ojú. Recetra
Que alguien nos lo explique, porque no encuentro absolutamente ni una explicación a esta avanzada técnica. Quiero suponer que van acotando zonas, como se ha hecho y se hace con las cabras pitiusas. Se les hace una tanca (tancar es cerrar) para obligarlas a afeitar bien una determinada zona. Si las barreras de cierre son eléctricas (¿cómo, pardiez?) ya tenemos la misteriosa técnica electrificante pero poco edificante. O sea, las cabras van haciendo lo mismo que los clubbers embriagados en sus pub crawls, que se hinchan a beber en un local y cuando ya lo tiene visto cambian a otro. Esto, aplicado al noble ganado equino u ovino se llama técnica de ´pastoreo rotativo´, aunque ya saben que a mí no me han de hacer ni el menor caso. Como mucho dejar una cerveza pagada.
En realidad la técnica o la práctica del pastoreo rotatorio persigue no agotar la vegetación, cambiando al pelotón de cabras de zona a medida que va siendo mellada. Tan solo hay que dejarles a los animalitos un grado más para que dejen extenuada la vegetación torrentera de Ibiza, que es un peligro evidente, como ha quedado demostrado cada vez que las aguas corren con cierta abundancia, lo que ocurre normalmente en nuestros otoños y menos durante el invierno. 
Cabras, burras, yeguas desahuciadas, caballos, asnos, mulas deberían de caer bajo la consejería de Cultura del Consell o de los respectivos ayuntamientos. En realidad, cultura es el cultivo de las artes y de las letras y la limpieza de nuestras vías y cauces hídricos debiera ser una regla cultural de primer orden. Ya ven, vamos del turismo expansivo al pastoreo intensivo. Como los peligros, que nos vienen por el fuego de los incendios o su contrario, el agua de las inundaciones. Queremos más cultura, más asnos, más cabras.