miércoles, septiembre 17, 2014

Prohibido tirarse por la muralla

Apenas ha terminado el verano y ya tenemos confirmados varios récords acumulados, lo cual siempre se lee con una sonrisa de autosatisfacción. Y sin embargo no me alegran estos récords, como el del aeropuerto, porque significan tal consumo de recursos básicos que en muchos sentidos no se hacen deseables. Viene demasiada gente en demasiado poco tiempo. El grueso de los dos millones y pico se nos acumula en julio y agosto, lo cual ha creado un tipo de mentalidad, de trabajador y de técnicas que muchos nos envidian. Los incrementos son espectaculares. Hay que felicitar a los operarios que cuidan de este tráfico alocado sin ni un solo incidente digno de mención. En agosto 1.265.460 viajeros fueron atendidos.
Otro hecho que se celebra es el regreso del turista alemán, tiempo tendremos de saber por qué y cómo se ha desarrollado esta recuperación. Nos queda este mes de septiembre, incluso de octubre para seguir sumando. Imagino que se pasará holgadamente de los dos millones de turistas, lo que traducido en tráfico aeroportuario significa bastante más de cuatro millones. No está nada mal para las diminutas Ibiza y Formentera.
Y sin embargo... hasta que los hoteleros y pequeños empresarios no consigan presionar para dejar encendidas las luces durante el invierno, esta isla sufrirá este estrambótico sistema de trabajar. Las Pitiusas necesitan buenas conexiones, nada muy exagerado, pero al menos que se pueda acceder desde Madrid, Barcelona, París y otras ciudades europeas. Pasará este año exultante, se cantarán grandes cifras, pero me temo que nadie moverá un dedo para incluir las islas en la hoja de rutas áreas. Cuando uno ve las ventajas que disfrutan en Mallorca se queda pasmado. Y eso que allí también se quejan de deficientes conexiones aéreas. Cómo estarán Ibiza y Formentera. Este es un tema clave que afecta a la estructura de nuestra economía. Menos clave es este divertido Código de Conducta, que viene a ser un catálogo de necedades y de gamberradas que quieren proscribir, como si ya no lo estuvieran por la ley o el sentido común.
No lo he investigado pero en Nueva York ¿han prohibido suicidarse lanzándose desde el puente de Brooklyn? Más famoso y espectacular es el de San Francisco, conocido como el puente de los suicidas, el Golden Gate. ¿Hay algún cartel que prohíba suicidarse? No me extrañaría. En Ibiza no podemos llenar nuestras mal museizadas y erosionadas murallas con carteles de este tipo. Los hoteleros se han reunido y han encontrado una treintena de ocurrencias prohibidas: no entrar al hotel bebido, no cruzar de un balcón al otro, no hacer ´balconing´, no hacer ´mamading´ a cambio de bebidas y otras de este tenor. Está bien tratar como escolares en un internado a estos granujas para entretener al personal, pero en el fondo y al final me temo que los problemas serios son otros.