sábado, noviembre 28, 2009

Nostradamus en Ibiza


No me gustaría que de éste ni de mi anterior artículo pudiera desprenderse que Nostradamus (1503-1566) no estuvo en Ibiza. Era occitano, del sur de Francia y cuando le quemaron la casa y tuvo serios problemas se volatilizó en el aire. Hay quien dice que viajó por el Mediterráneo. Si hoy es complicado, imaginemos en el siglo XVI, con un mar infestado de piratas y de peste bubónica. Europa perdió la mitad de su población. Pero no nos desanimemos. Si yo he escrito que Jesucristo estuvo o pudo haber estado en Ibiza, ¿cómo no iba a venir este judío errante y perseguido en la única parte donde no se perseguía a los judíos? Además, los ibicencos entonces éramos los buenos o sea los perseguidos, no como hoy que somos los malos que hemos descascarillado la isla y hemos masacrado el paisaje bíblico de la Ebusus eterna.
Pero Nostradamus vende mucho, así que no seré yo quien me desmienta. Porque esta vieja fantasía también es de mi cosecha, bien adobada con la tontería mayúscula de las corrientes. ¿Cómo alguien pudo tomarme jamás estas cosas en serio? Mucha gente, lo cual significa que los escritores y los periodistas no siempre controlamos el proceso comunicativo, ya no digo la propiedad de las empresas periodísticas. Si alguien escribe un ´Diccionario de Secretos´ se supone que debe incluir a modo enciclopédico buena parte de la sabiduría y de la cultura, aunque sea en registro mitológico, fantástico (las rondaies) o antropológico (follet, fameliar, barruguets). Que esto no es de verdad, que eso es inventado, que eso no existe. Como no existe la bobada de las corrientes. A menudo por aburrimiento o por ironía uno escribe estas frivolidades. Llega alguien que las reproduce y mucha gente empieza a creerlas. En 1974 había cientos de ibicencos que creían de verdad que detrás de sa Coniera (la Conejera de San Antonio Abad) existía una base sumergida de ovnis con extraterrestres. En Ibiza pueden medrar las serpientes y los alacranes, los barros son bastante guarros y la arcilla sirve para hacer jarrones; en las Pitiusas hay bichos venenosos y muchas plantas son letales. Las corrientes (en el mar o en el aire) son igual que en todas partes o peores pues más de la mitad del año el viento sopla de lebeche que es un viento insano procedente de África.
Entiéndase, pues, que una cosa es la biología, la física o la historia (basada en documentos escritos básicamente) y otra cosa son las fantasías, la literatura, la mitología, la etnografía y las tradiciones populares (muchas veces aberrantes).
Nostradamus pudo estar en Ibiza, pero jamás predijo nada. Yo creo que de ningún sitio. La interpretación de sus centurias es arbitraria y caprichosa, tanto puede significar una cosa como su contraria. Seamos serios, aunque es muy recomendable hacer bromas. Ahora mismo se promociona la película 2012 sobre el fin del mundo usando entre otros el nombre de Nostradamus. El final del mundo se ha pronosticado en todas las culturas miles de veces y esa es la única verdad: Ultima Multis, como decía el reloj de nuestra Catedral. Cada hora es la última para todos aquellos que mueren. Cada cual tiene su fin del mundo al menos una vez en la vida.
Por cierto, la fecha más probable para el Armaggedon o el Final es el año 3797, así que si los hoteleros habían pensado ahorrarse la remodelación de sus instalaciones ya pueden quitárselo de la cabeza. La vida sigue, aunque no siempre es un jardín de rosas ni falta que hace.
Diario de Ibiza