miércoles, noviembre 11, 2009

¿Ley semi-seca en toda España?


Primero Cataluña impone su prohibición y después el socialismo cañí pretende seguir la pauta. Enojoso. El socialismo tiende a ocupar áreas de libertad que corresponden al individuo indiviso, ciudadano y contribuyente. Lo llevan en su doctrina, en sus genes. Por eso quienes creemos en el valor personal, el esfuerzo y el libre albedrío preferimos la libertad individual, el liberalismo y en general que los poderosos coercitivos del Estado sean los mínimos posibles.
Finalmente, el Estado gestiona mal y derrocha lo que tanto ha costado conseguir.
Claro, hay opiniones diferentes a la mía. De hecho yo fui uno de los ingenuos que creyó en un socialismo con rostro democrático que socializara la pobreza o la riqueza de aquella España de finales de los años 70. Nada, bajo el socialismo no se avanza, ni se crea riqueza ni se aumentan las libertades, más bien todo lo contrario.
Gran parte de los males que sufre Hispania en los últimos años se derivan de esta situación ideológica. Piensan que dilapidando con una mano y prohibiendo con la otra conseguirán una nueva España, donde con ayuda de la bisagra de los nacionalismos, llegaremos a una nueva sociedad controlada y vigilada (Sitel no está lejos de la idea), cuidadosamente reglamentada donde apenas quedará un céntimo libre para el gusto y para el gasto.
Yo no quiero vivir en una sociedad así. Y no me gusta nada lo que estoy viendo. Nos quedan pocas oportunidades de reaccionar ante este proyecto de narcotización de la sociedad española.
En Cataluña ya han creado el CAC para controlar a los medios de comunicación. A ZP se le cae la baba cada vez que le hablan del CAC. Y en otro orden de cosas ya han promulgado una ley seca o semi-seca, porque no prohíben el alcohol, al menos de momento, sino tener una puerta abierta para sancionar y cerrar locales. La prohibición del happy hour, del dos por uno, la invitación del chupito, los concursos con premios de bebidas, etc. Queda vigente en Cataluña y las multas son enormes.
En el resto de España también quieren prohibirlo, sin pensar que tenemos un tipo de turismo veraniego que es un fuerte consumidor de alcohol.
Tenemos en la isla esta paradoja: si no les vendemos copas o pizzas, ¿qué les podemos vender? Y en caso de organizaciones cerradas (los pub-crawls o como se llamen estas excursiones etílicas de bar en bar), se hace un consumo remarcable.
Pero yo sigo creyendo en la libertad personal. De eso vivimos y debemos cuidarles y explicarles los daños y los peligros. Prohibir por prohibir hace socialista. Y desde el 68 los ácratas seguimos haciendo uso del lema revolucionario: «Prohibido prohibir», al menos a los mamíferos, que por mamíferos mamamos y a menudo también a la inversa.