sábado, septiembre 24, 2016

Los hoteleros llevan la ecotasa a los tribunales



Soporto el discurso almibarado de Francina Armengol el tiempo necesario para confirmar que sigue llamando «país» a la comunidad de Baleares y de que van a tomar «mesures» sobre tal o cual cosa. Querrá decir «mides», que no es exactamente lo mismo, pero ellos sabrán con su barcelonés importado. Pero no la soporto ni un minuto más. Por Dios, qué nivel. Me enteraré por la prensa escrita de que su discurso no entusiasma ni a sus socios de desgobierno. En especial, Podemos ha agarrado el tema de la saturación turística como bandera y cree que es tan potente como para sustituir su odio emblemático a los hoteleros. Que es algo coyuntural, le explican a Camargo. Pero no hay manera, tanto si es estructural como algo temporal, Podemos quiere meter baza en el turismo.
En un año han aprendido muy poco sobre Baleares, siguen el mismo guión ecologista, republicano, comunista, separatista y en cada momento tiran de la ficha correspondiente para abrir brecha en la sociedad balear. No saben, pobres ilusos, que tal cosa no existe. Toda la sociedad balear ya es una brecha, un ente líquido, camino de la evaporación.
Será inútil recordarles que los millones de turistas prestados por Túnez, Egipto, Turquía y Grecia –básicamente estos– nos serán reclamados con intereses, y cuando nos sobrevenga la resaca, Podemos y el enjambre catalanista irán freír espárragos. Y todos los demás si no cuidamos nuestra materia prima. Aparte de ordeñarla con tasas y multas, hay algo que el Pacte puede hacer por nuestras islas: gobernar, invertir en infraestructuras básicas y no derrochar –como hacen ahora– montones de dinero en caprichos identitarios importados por los fundamentalistas de Més, PSIB y otros.
Y sin embargo los hoteleros se mueven. Me extrañaba que la asociación no hubiera planteado ni la menor resistencia a esta ecotasa errática, injusta, que pagamos todos, turistas o no. Y el Pacto, muy orgulloso de esta operación de ordeño. Lo presentan como un gran éxito, cuando imponer impuestos es la solución más fácil y menos inteligente. Los hoteleros, decía, han presentado un recursos contencioso-administrativo contra la ecotasa. En si mismo no parece importante y quizás no lo sea, pero puede ser la espoleta que haga saltar por los aires este Pacto, como ya he pronosticado otras veces.
Sea como sea, el próximo que gane las elecciones volverá a encontrarse con las arcas vacías y con una deuda creciente que alguien deberá pagar algún día. Es el sino de los isleños, como Sísifo, subiendo la roca de la deuda hasta la cima de la montaña y, cuando ya está casi arriba del todo, vuelve a ganar el Pacto y la roca cae rodando hasta el fondo. Hasta el fondo. Y vuelta a empezar.