miércoles, agosto 06, 2014

La publicidad negra de los ´socialites´

Hace tiempo que el fenicio quería gozar un rato recorriendo la azarosa vida veraniega de los erizos. Si el erizo tuviera el tamaño de un toro, sería un mamífero invencible, un blindado formidable al cual no le hacen mella los venenos de las víboras. Mis erizos, puestos en proporción se podrían zampar a un Tiranosaurus Rex joven para desayunar.
Es mi tema preferido, los erizos de Tanit. Pero no me dejan, hay temas tan pujantes como prescindibles que usurpan la primera página de los periódicos: la avasalladora presencia de los socialites planetarios que se sienten en Ibiza como en el cielo, lejos de Los Ángeles, donde la brusca policía americana tiene la incalificable costumbre de detener y llevar a juicio a sus locas con dos copas de más. Que se lo digan a Paris Hilton, a su cuadrilla entera y a una larga lista de renombrados vividores. Miren el pobre Hugh Grant que se encargó un mamading a medida en L.A. y fue pillado con la cremallera bajada y ala, a juicio y multazo. En Baleares cogemos a una católica reprimida irlandesa y la retamos a ejecutarse con veinte braguetas bajadas en un pub atiborrado de británicos en frenesí alcohólico. Y le damos un copita de premio.
¿No somos guay en Baleares?
Es lógico que los VIP, socialites y locas prefieran perderse en Ibiza. Aunque Los Ángeles fue fundado por un ibicenco, Fray Junípero Serra (me explico, un mallorquín es un ibicenco que pronuncia mal) hace unas pocas centurias (1784, toma dato), Ibiza y Mallorca son mucho más chupi-guay.
Otro día quizás nos animemos a seguir con los paralelismos entre Los Ángeles e Ibiza, pero no hay prisa. Por ejemplo, los putos coches.
Recordarles, esto sí, que en Ibiza es mejor venir a hacer el amor, en estricto seguimiento del Evangelio según San Juan (lo de ´amaos los unos a los otros´ y tal y tal) que venir para liarse a puñetazos en el restaurante de moda. La publicidad negra es buenísima para Ibiza, una isla que cuanto más huele a cloaca, más yates ha de cobijar en sus carísimos amarres. Los días que siguieron a la publicación de la felación en Magaluf, aquellas calles se convirtieron en un estadio caótico de fútbol repleto. La policía y la Cruz Roja tuvieron que emplearse a fondo.
En Ibiza conocemos el efecto ´More´. Tras la película de Barbet Schroeder la isla aumentó su fama como enclave para darse a las drogas. Quiérase o no, el efecto Streissand o el efecto de la publicidad negra suele ser demoledor.
Las bofetaditas de los efebos descerebrados han sido un impacto enorme en los medios. El Bloom, atacadito de cuernos, le atizó al Justin Bieber, del que solo sé que berrea en los escenarios ante las niñas desatadas. Lo de siempre.
Solo estamos empezando agosto. Habrá más leches amables entre los críos multimillonarios. No pido otra cosa: ya que no podemos controlar la eclosión de serpientes, al menos utilicémoslas en nuestra favor. Para el invierno tenemos otros líos programados. Mientras el PP bracea en la nada total, Podemos, otra nada totalitaria, se frota las manos.

@MarianoPlanells