miércoles, julio 19, 2017

Guerra contra Ibiza

La guerra no existe solo en los frentes de Mossul y Raqqa o en otros enclaves. La guerra ya es global y también es contra Ibiza. Sí, las bombas sirias, rusas o americanas hieren en el Próximo y en el Medio Oriente, pero están hundiendo a Ibiza y Formentera y dañando profundamente a Mallorca y a algunas partes de las costas peninsulares.
Algunas veces he escrito que esta situación se amansaría hacia el año 2020, pero yo no soy analista de la Cía ni de ningún instituto de estudios geoestratégicos, aunque basta recordar que la guerra se inició ya hace unos 14 años.
Sin embargo ha ocurrido que los ataques se han extendido como en las fichas de un dominó. ¿Cuánto tiempo se tardaría en estabilizar las relaciones internacionales si se dieran por terminados los conflictos bélicos entre naciones? Esta es la pregunta. Sobre 2020 he escrito varias veces, peor viendo los acontecimientos, quizá he pecado de ingenuo.
Un efecto demoledor para el Archipiélago ha sido el desvío de varios millones de turistas. Por supuesto que ha sido beneficioso para los empresarios, pero nos estamos dejando la piel en este proceso tan vertiginoso y a muchos hoteleros les costará aceptar que debemos regresar a cifras más moderadas de ocupación.
Lo mismo pensarán los ayuntamientos, acostumbrados a ingresar a espuertas en conceptos diversos: licencias, urbanismo, concesiones, playas, servicios, multas.
Y sin embargo, los políticos tendrían que ser quienes lideraran nuestra evolución social y económica, para no dejarla en manos de demagogos y podemitas que aprovecharán la coyuntura para sacar tajada.
Por ejemplo, hay que deshacerse del Todo Incluido y desmotivar el narcoturismo de hiperexcitación (drogas, discos, alcohol, ruidos). Con decisión. Ayer ya era tarde.