sábado, junio 04, 2016

El presidente nos pide ejercicios espirituales


Las últimas semanas nos han demostrado lo que los viejos ácratas sabemos hace mucho tiempo: poco puede ayudarte en tu vida diaria un gobierno, pero si decide fastidiarte, lo conseguirá con facilidad y el daño puede ser irreversible. Cualquier gobierno, pero si encima es uno conformado por el PSOE, Podemos, los catalanistas y los ecologistas, pon la piel a remojar. El Pacto es especialista en cargas de profundidad y en arruinar las Baleares, al menos cada vez que ha gobernado (con ésta ya van tres).
Lo hemos comprobado con la guerra de los pisos turísticos o con la regulación de los alquileres en urbano o en rural. Autorizar el alquiler a los turistas en fincas urbanas donde viven los residentes que tienen un horario laboral y compromisos en una vida normal, podría acarrear consecuencias previsibles.
La guerra está asegurada y los servidores de la ley no disponen de medios para hacer cumplirla a estos muchachos atiborrados de drogas que deambulan por la isla, día y noche, como zombis frenéticos, poseídos por los maleficios de nuestro Resef. No hay quien les aguante cuando van normales ni quien pueda soportarlos cuando van puestos, que es la mayor parte del tiempo. Ahora imagínenlos en su propia escalera, donde los niños y los ancianos entran y salen y donde han de rendir unas determinadas horas de descanso. Las 24 horas de ruidos, golpes y peleas. Es inútil llamar a la policía. No vendrá y si viene no podrá hacer nada.
Otro efecto letal será la subida astronómica de los precios del alquiler. Un propietario puede ganar seis veces mas alquilándolo cinco meses al año que cediéndolo a unos profesores o policías que vienen a Ibiza a ofrecer sus servicios. Aunque le dejen destrozados los enseres. Da igual, ya los ha cobrado por triplicado y de antemano. No sorprende que haya auténticas redes de italianos e ingleses que tengan un cupo de cincuenta pisos en realquiler. Pagan en mayo, por adelantado y sin hacer preguntas. Como es lógico, empobrecemos nuestra vida y la hacemos imposible a nuestros vecinos. Ya hace décadas que lo primero que hace un funcionario (sanidad, policía, justicia) cuando llega a la isla es pedir el traslado. Leo que ahora ya ni llegan algunos docentes porque no disponen de un refugio accesible. A esto hemos llegado.
Y de repente vino Pilar Costa, Biel Barceló (¡ay, este Pacto, tan independentista!) y vendrán otros a regalarnos una nueva normativa sobre alquileres turísticos, para magnificar el caos y el desastre. Para legalizar el desastre. Pero al poco tiempo reculan, alguien les avisa del peligro.
Incluso Vicent Torres, nuestro presidente del Consell (cuando Podemos le deja) nos pide «mucha reflexión», es decir que hagamos ejercicios espirituales, como antiguamente en es Cubells. De verdad, sabía de la ineptitud del Pacte y seguirán otras barbaridades, pero esta vez han quedado todos retratados. Otra vez. A disfrutar del pacto de perdedores.