miércoles, enero 08, 2014

También el año de la sensatez

Un ruido espantoso durante todo el verano en los alrededores de los núcleos urbanos, y en el centro de las mismos pueblos (caso de San Antonio) ha marcado el año 13 para siempre. Es inaudito como se ha llegado a permitir el estruendo intolerable e ilegal (si supera los 55 decibelios o 70 en algunos casos). No han sido solo las discotecas de los mantecosos millonarios, también hay ruidos en playas y bares.No es esto lo que pide el turismo. En cualquier caso es intolerable que toda la playa d´en Bossa sea contaminada por unas cataratas sónicas que llegaban a silenciar a los mismos chárters que pasan por encima en esta huella sonora que tiene a todos los habitantes amargados y al borde la locura. 
Parece que en el otro lado, por Talamanca, también intentaron implantar una bomba de sonido que encima se constituye en una ratonera para los habitantes, porque no hay espacio para circular ni para aparcar. 
Y la serpiente pitón albina tragacabras. Todo un símbolo de la nueva Ibiza. Es el nuevo turismo, es la nueva Ibiza. También hemos cobijado grandes bandadas de flamencos y aves en nuestras zonas húmedas protegidas
¿Y no hay otras cosas positivas? Yo remarcaría el regreso a la sensatez pilotado por los mismos que la pifiaron desde 1982 en adelante, el Partido Popular. La ley de Normalización Lingüística y la Ley de Mínimos se han demostrado un fracaso sin paliativos que condujeron a las Baleares a una sociedad acosada por las exigencias cada vez mas absurdas del catalanismo.
Baleares es España y en España ha de poder estudiarse el español y en español. Discutir esto me parece de locos. Si además se estudia el inglés y la lengua vernácula en cada caso me parece muy bien. Pero el español y en español no se toca. No hay nada que negociar sobre esto. 
El daño causado a las islas en estos últimos 30 años es difícil de cuantificar, pero da una idea la cuantiosa fuga de excelentes profesionales y la disuasión de otros que hubieran podido enriquecer nuestras escuelas, hospitales y administración en general. Ahora no es momento de lamentarse por la leche derramada ni por la torpeza del PP. Es momento de valorar positivamente la recuperación de la sensatez, avalada por el Tribunal Constitucional, cuando ha ratificado la ley que permite usar el castellano en la toponimia (si se quiere) y que el catalán no sea lengua obligada para los funcionarios de Baleares. Es muy lógico. El catalán puede ser un mérito, aunque no acabo de ver qué mérito tiene que un gallego sepa el gallego o que un barcelonés sepa el catalán, pero bueno, pase. Pase como mérito. Pero nunca como requisito ineludible. En España basta y sobra con saber el español. Y por esto que hay que estudiarlo y aprenderlo bien en nuestras escuelas, aunque puedo comprender que muchos profesores ya no estén preparados para impartirlo. 
El año 13 ha supuesto un regreso sosegado a la sensatez, aunque los catalanistas iniciaron una campaña jeremíaca que pareciera que se hubiera pegado fuego a toda la isla y que el fin del mundo estaba llegando. No ha llegado nada. Paz, estudio, sensatez, aunque la oposición ya ha anunciado que volverá a la guerra y al conflicto. 
Ahí ha estado bien Bauzá.