miércoles, febrero 04, 2009

Elmyrología

Elmyrología es mi artículo de hoy en Diario de Ibiza:

Cuando regresé de El Aaiún, a finales de 1975, percibí un cambio sustancial en el aire, en el ambiente de Ibiza. Es como si la salida de Ivan Spence hacia la Pobla de Benifassá (Castellón) hubiera arrastrado, cual flautista de Hamelin, a todas las ratitas y a los ratoncillos de la isla.
De 1973 a 1976 Ibiza dio un vuelco acelerado. No es raro en la dinámica pitiusa: acelerones, recalentones, crisis y lloriqueo hotelero. Y vuelta a empezar.
Pero ya me di cuenta del desastre cuando Elmyr de Hory se suicidó. Los elefantes habían aceptado oficialmente la muerte de una época (hablar de la muerte de Ibiza es falso; se va siempre a peor, pero no es la muerte, quizás sólo sea el infierno).
Más por edad que otra cosa, de vez en cuando y con cierta frecuencia, me preguntan por Elmyr otros colegas de trabajo. Mi blog abierto al mundo ha facilitado el contacto, que no suelo rehuir.
Bien, de todo ello deduzco que el gran personaje del siglo XX en Ibiza no es Smilja, este curioso esperpento de sí misma, un ser inteligente y superviviente; ni Abel Matutes, un ibicenco trabajador que siempre ha hecho los deberes pero de una asignatura que no toca. Ni Aníbal, nacido en Tricuadra, pero quién demonios sabe dónde está esta isla inexistente sacada de un mapa de Borges.
Ni Vara de Rey, un militar valiente que dio la vida pero no la victoria a una España en retroceso colonial, pero que ni siquiera es ibicenco, al igual que El Rayo Aníbal. Ni Avicena, eximio doctor universal, del que no se ha podido demostrar que naciera en Ibiza.
En realidad, mi agotadísimo ´Diccionario de Secretos de Ibiza´ es un apasionante compendio de conjeturas, leyendas, invenciones y hallazgos.
El gran personaje de Ibiza es Elmyr. Elmyr Loquesea. Inventó en Ibiza su vida de una forma tan telúrica que grabó a fuego sobre las tierras de la isla sus invenciones y sus hallazgos, sus líos y sus leyendas.
Y triunfó. Y de qué manera. Es evidente que el secreto del éxito está en la elmyrología: trabar con tensión y apasionamiento una colección de mentiras, peleas, amores (si hay algún gay todavía mejor; y aquí no había otra cosa).
A no ser por esto, la vida de Elmyr sería un culebrón venezolano perfecto. La suya es una vida sin mujeres, en fin, de sexo femenino quiero decir.
El gran personaje de Ibiza es Elmyr. No lo tomaré a mal. A menudo, de las infamias se exprimen más beneficios que de las vidas de santos, hagiografías y breviarios, panegíricos y loas.
La popularidad de Elmyr perdura. En una semana contesto dos cuestionarios sobre Elmyr.
¿La reedición de ´Fake´?
No la he leído, pero quizás opine otro día.