domingo, febrero 15, 2009

El pasado puede ayudarnos

El pasado puede ayudarnos (LA OPINIÓN DE LA SEMANA) es mi artículo de hoy en Diario de Ibiza

Ibiza tiene un presente casi repelente, pero esto puede cambiar
«No hay que mirar hacia atrás ni para
tomar impulso», hemos oído todos muchas
veces. Me gusta esta frase, y colecciono
incluso algunos poemas de despedida
y cierre de insignes poetas españoles
que partieron después del tajo traumático
de la última guerra civil.
No es bueno ni malo eso de los tajos
traumáticos, simplemente son inevitables.
No ha terminado la historia ni entramos
en la era de Acuario, como anuncian
algunos sonados ataviados con túnicas
blancas y bajo los efluvios de la marihuana
y del sándalo.
Más bien regresamos a la Edad Media,
donde internet también sirve para
confundir, camuflar y vender dobles o
triples mensajes, todos falsos. Tampoco
es cierto que cualquier tiempo pasado
fuera mejor.
Sólo que los memoriosos tienen la desgracia
de poder detectar cómo y cuánto
nos equivocamos al tomar la opción que
tomamos. Porque somos así, pero podríamos
haberlo hecho todo de otra manera.
Sin duda.
Una vez declarado mi desprendimiento
del cordón umbilical (un instrumento
inútil pasados los meses de hibernación
en el útero materno) quiero, no obstante,
hacer un uso estético del pasado para
usarlo como foco de iluminación del presente.
El pasado es una linterna, un faro que
emite en un determinado espectro lumínico
y sólo aquellos que hayan estado
atentos o dispongan del umbral adecuado
podrán leer en sus coletazos. Porque
el pasado pega coletazos tremendos. Y
no me refiero al «¿cómo pude ser tan gilipollas
de firmar una hipoteca hace 12
años?» sino a leyes más difusas.
De este pasado inmediato me llegan
constantes noticias. Yo sabía que el catálogo
(un libro importante que resume
un trabajo colectivo) de los años 60 sería
uno de los más citados del Museo de
Arte Contemporáneo. Y así es. Apenas
hay una sola muestra antológica, de tesis
o histórica, que no beba de aquel trabajo.
La lección es evidente: Ibiza tiene un
potencial, un caudal inmenso en su pasado.
Su presente es casi repelente, pero
esto puede cambiar. Cuando hablo de la
herencia púnica, quiero decir: tómalo, es
un regalo de los dioses.