domingo, noviembre 02, 2008

Ibiza ya no se sostiene

Cada vez que se acerque un autobús de línea regular a la estación de Vila… ¡zas! 60 euros del ala.
Si vas a conducir tu propio coche te encontrarás con unos precios de combustible astronómicos y si encima estás en paro, inalcanzables. Pero cuando frenes, pares y pretendas aparcar, asegúrate bien de dónde dejas tu máquina porque puedes caer presa de las grúas municipales. O pagarás peaje y parking.
Desde hace años vengo diciendo que Ibiza se ha convertido en una isla invivible, saturada, carísima y no sostenible. Por eso no es bueno irse de vacaciones a la Península ya que al ver las posibilidades y los recursos ajenos, uno regresa melancólico y con el pinchazo de la envidia.
Sabemos quienes han sido, quienes han consentido, y más o menos vamos sabiendo quienes han cobrado comisiones. Una práctica letal para la isla, pues se distrae un dinero que de hecho se sustrae a la calidad de los materiales y de las obras realizadas. Y lo estamos viendo todos los días.
Se impone un cambio de la Ley Electoral donde se contemple la financiación de los partidos políticos: ya está bien de robar, de saquear y de amargar la vida de los contribuyentes.
Y de paso déjenme dar unas palabras de aliento a los fiscales y a los jueces, oficiales y personal de los juzgados, ante cuyas actuaciones uno se ha mostrado reticente o escéptico en otras ocasiones. Pasa como con la Iglesia, la Policía , el Ejército o cualquier otra institución expuesta al público. Ya que les criticamos, debemos tener la limpieza moral de alabarles en momentos críticos donde su labor se efectúa entre penalidades y carencias.
Para quien no va ni un gramo de aliento es para los políticos. Dejando sentado y muy clarito que hay gente que se ha preparado para la política, ha estudiado relaciones internacionales, diplomacia, derecho, economía, idiomas etc. y que son gente honrada, hay que decir que el mundo de la política se ha convertido en una pocilga.
Esto no puede ser, nos va la democracia, la isla, la sostenibilidad, la calidad de vida en el empeño.