sábado, diciembre 10, 2016

Hurgando en nuestro bolsillo


Siempre habíamos conocido a los políticos locales que se ajustaban al presupuesto disponible, se adecuaban, se ceñían a las pesetas de la caja y solo en casos muy extremos se solicitaba un crédito muy tímido. Hoy en día no. Tiran de presupuestos hacia arriba, contabilizando unos ingresos irreales por inexistentes. Y va creciendo la deuda hasta el extremo que de la renta disponible casi la mitad se va en amortizar los créditos.
En honor a la verdad, el Partido Popular se ha mostrado mucho más sensato, mejor administrador. El equilibrio que iba alcanzando el equipo de Vicente Serra se ha ido al garete con solo entrar el nuevo Pacto. Y si es Baleares, creo recordar que en dos años han aumentado el presupuesto en un 15% (un 5 y un 10%). Y tan tranquilos, como si administraran la ciudad de Nueva York o el Estado de Florida.
Han vivido la época del boom inmobiliario y pretenden continuar con la orgía de derroche. Como si nada hubiera ocurrido. Es más, si alguien tratara de congelar la actual línea de despilfarro se le echarían encima los catalanistas, podemitas y los socialistas talayóticos, clamando al cielo ante los recortes, el ´austericidio´ y la madre que nos parió.
Estos del Pacto creen que el dinero es un maná abundante que cae del cielo y por cada día que pasa se multiplica en proporción geométrica. Con razón cuando ellos administran una empresa, la suelen arruinar en pocos años, a excepción de aquellos que reciben el suministro directo de la teta del Estado o del Govern, como este Jarabo (Podemos), que al parecer tiene mano de santo para su productora de imagen. Un auténtico lince de las subvenciones, aunque cierto es que ahora esa empresa no figura a su nombre sino al de su ex.
No es de extrañar que el Govern balear apriete con otra vuelta de tuerca a la hostelería en la nueva fórmula de ordeñe de los hoteleros (y de las hoteleras). La ecotasa es un impuesto insensato, errático y técnicamente una chapuza, pero les da lo mismo: les pone encima de la mesa una pila de millones de euros que no saben dónde ni cómo invertir. Y como no se ha hundido el mundo, en 2017 van a exigir más.
Es de justicia anotar que a todos nos van a exigir más. Incluso el IBI en numerosos ayuntamientos baleares sufrirá una subida. De modo que se pasan la vida hurgando en nuestro bolsillo, mientras los servicios se deterioran a velocidad de vértigo.