sábado, mayo 18, 2013

Pocos españoles e italianos



Sabemos que el turismo depende de cualquier contingencia de tipo político (primavera árabe, guerras de los Balcanes, quiebra y rescate de Grecia, un mal gobierno de tipo socialistoide como el Pacte, etc.) o por catástrofe natural (un año de lluvias, autovías en Ibiza, el volcán de Islandia, etc.), pero una vez se ha aceptado la premisa básica, por casi todo lo demás, el turismo es una economía muy planificable y muy lógica.Lo sabemos bien, por ejemplo los hoteleros previeron con antelación los efectos de la crisis de la libra esterlina o el descenso del turismo alemán, cuando aconteció la caída del muro de Berlín y la consiguiente reunificación de las dos alemanias. Hay otros muchos casos.
Ahora se habla muy poco de un doble fenómeno latino que ya nos está afectando a Formentera (italianos) y a Ibiza en el caso de españoles e italianos. Pregunten a cualquier profesional y les explicará porque se han redoblado esfuerzos en Alemania, Holanda, Rusia, incluso en algunos marcados emergentes un tanto tanto exóticos: no es tanto que les ha nacido un súbito amor por estos países con economías envidiablemente mejor que la nuestra propia. Es que tenemos que llenar las 85.000 plazas turísticas hoteleras oficiales y las otras 100.000 en alquileres más o menos sumergidos y nos han abandonado los italianos. Y los españoles. Hay que llenar el vacío dejado por los latinos con turistas sajones o eslavos.La economía de Italia está prendida con alfileres. Y qué decir de un país quebrado de facto como España que vive de los 600 millones de euros que nos prestan cada mañana.
Está muy claro que la macroeconomía acaba por explicar y condicionar la vida de cada uno de nosotros. Ahora mismo, en 2013, un español paga 4 euros de cada 10 al Estado en impuestos, tasas y puñetas fiscales. Así no hay quien llegue al final de mes, no digamos ya irse quince días de juerga a Ibiza o a Marbella. Y los ahorrillos acaban por fundirse. En esto coincidimos italianos y españoles: mucha economía sumergida, poco trabajo bien remunerado y muchas dificultades para hacer frente a los vencimientos de la tarjeta de crédito. En resumen, la doble trampa mortal: cuando más falta nos hace un buen trabajo para pagar las facturas, menos puestos de empleo quedan accesibles.
¿Es todo? En absoluto, cuando más necesitamos liquidez para cubrir las deudas de los últimos años, viene el ayuntamiento, las tasas, el IBI, y el Estado sube el IRPF y el IVA en una proporción brutal. Pocos podemos escaparnos del IVA. En este contexto, un aumento de turistas holandeses, belgas, alemanes caería como una bendición. No digamos si pudiéramos acceder a unas decenas de miles de turistas rusos, con gran poder adquisitivo Vigilen bien lo que hacen los operadores alemanes en Mallorca. Y haced un seguimiento al turismo ruso en Mallorca.
Aquí han de pasar cosas y no tienen por qué ser malas para Ibiza y Formentera.