miércoles, mayo 22, 2013

El mar es nuestro petróleo


La construcción está hundida en las Pitiusas y el ramo de comercio está gravemente tocado. Sólo nos queda el turismo y queda mucho por mejorar. Algo así explicaba Vicente Torres, Cámara de Comercio, poniendo cara de circunstancias.

Nos queda el turismo, y éste depende del mar. De hecho, el propio mar es nuestro petróleo. Nada de sentido figurado: los ingresos por turismo de toda España superan en mucho a los dólares que ingresa Venezuela por la venta de su petróleo. Lo peor que le podría pasar a Ibiza es perder la actual potencia turística.

Proporcionalmente somos de los mejor situados del planeta, ya saben que no soy dado a estos alardes, pero las cifras cantan. Esta situación de privilegio, tan duramente ganada entre todos la tenemos que defender a muerte hasta el último segundo y el primer interesado debiera ser el propio Estado, que con un sistema fiscal que grava el consumo con impuestos indirectos engrosa sus arcas con sabrosas aportaciones. Las remesas de Baleares son colosales. Mucho mayores de lo que podría exprimir de la explotación de las plataformas petrolíferas circundantes. Además, la actividad turística socializa más que ninguna otra, el reparto de trabajo, en suma, de riqueza. Pero no tenemos nada asegurado.
Unas proclamadas pruebas de explotación de crudos en el mar de Ibiza podrían ocasionarnos daños muy graves e irreversibles. Nadie quiere pasar sus quince días de vacaciones en un mar opaco, lleno de medusas y de engrudos de alquitrán. Bastante suciedad dejan los barco y yates que actualmente sestean sobre las aguas azules de nuestras costas. Estos días se sigue hablando del tema. ¿Por qué no se desautorizan estas licencias? Está claro que no son compatibles con el auténtico petróleo, el oro blanco, que son los turistas.
En Ibiza, vivimos del turismo. No vivimos del petróleo.

Un inciso sobre los impuestos que gravan el turismo, que se considera técnicamente una exportación. Y es sabido que las exportaciones no pagan el IVA. ¿Para cuándo un IVA superreducido? Ya no pido un IVA exento.
Hay otro peligro ante el cual las autoridades mallorquinas parecen rendirse de antemano: la destrucción de las praderas de posidonia, esta planta que fabrica arena, oxigena las aguas, que atempera las tormentas de fondo y que hace más transparentes las aguas litorales. El petróleo y sus plataformas destrozará cuanto encuentre por delante. Pero en los fondeos de yates y en la demarcación de zonas de protección no podemos ser descuidados. Ver las fotos de los garreos, surcos tremendos de consecuencias definitivas, nos llena de desasosiego. Hagamos las cosas bien, que para hacerlas mal siempre estaremos a tiempo.