sábado, enero 09, 2010

Previsiones para la temporada


Lo decía el otro día: se ha roto con la tradición del regreso de los feriantes.Nuestros políticos se tomaban una injustificable vacación y se marcaban un rocío en la feria de Londres, Madrid y Berlín, allá se hacían la foto para la prensa (vestidos a la siciliana, de tieso y oscuro, en vez de vestirse de toreros de grana y oro).
Cuando llegaban a Ibiza todos coincidían en un raro estado eufórico en que la temporada sería mejor que la anterior. Pero, indefectiblemente, la «próxima temporada» lleva ya varios años siendo peor que la anterior.
Mezclar ciencia con política suele conducir a resultados nefastos o dicho más moderadamente, a resultados inciertos cuando no falsos.
Ocurre lo mismo cuando un politicastro nacionalista nos quiere explicar nuestra historia (y nos cuela la catalana, muy respetable por otra parte) o cuando un político del ramo turístico tiene que justificarse en vez de explicarse: mienten directamente, pensando que creando un estado de euforia aquí conseguirán levantarles la cartera allá.
Esto ya es difícil, lo saben los técnicos, lo saben los hoteleros y lo saben los restaurantes. Si alguien se encargara de ir leyendo los informes (o la síntesis o un resumen) vería que estábamos técnicamente avisados y lo digo con un poco de humor. Científicamente reñidos.
La entrada en el euro nos plantea un panorama nuevo, aunque no distinto.
De la noche a la mañana el cafelito pasó de 100 pesetas a un euro. De un día para otro. Aplica este brutal y traumática cascada inflacionaria a cualquier sector y tendremos en gran parte la explicación de nuestros males, los turísticos (que generan nuestro dinero) y los mercantiles y sociales (donde gastarlo para vivir el resto del año).
Han pasado 9 años desde la entrada en la unión monetaria. El fenómeno ha tenido consecuencias de calado en nuestra demanda turística cada vez más polarizada en un tipo muy peculiar de cliente juvenil, gran consumidor de nuestra avasalladora –y excelente por otra parte– industria del ocio nocturno. Pero ¿ha afectado a nuestra oferta o hemos seguido erre que erre dentro de los mismos parámetros? Que cada cual se conteste.
Más en nuestra contra: tenemos que afrontar un hecho importante. Casi la mitad de nuestro millón y medio de turistas procede de Gran Bretaña. Son peleones, incómodos, jóvenes, maravillosos, vitales... pero es lo que tenemos. El problema es que El Reino Unido quedó fuera y su libra de siempre compite mal con la fortaleza del euro. Esto nos daña a Ibiza de forma muy seria. Y el problema persiste.
¿Hemos potenciado y variado nuestra oferta o la hemos depreciado y uniformado con el todo incluido? Otra vez que cada cual se conteste a sí mismo. Espero haber aportado otra pista para quienes quieran trabajar sobre la estructura económica de Ibiza y Formentera, hoy ya insostenible e inviable por más tiempo.