sábado, diciembre 14, 2013

Acabará el año 13 y...


Llegan fiestas señaladas, como se decía antes, supongo que de cuando se señalaban en el calendario de la pared, y uno no siente apetencias por la trifulca, pero es que parece que nos lo ponen a huevo.
Ya verán, acabará esta año 13 tan remarcable en nuestro éxito turístico y no habremos acabado los deberes que nos propusimos en marzo o en junio. En realidad, los políticos espesos y municipales, cuando tienen tiempo libre (se pasan la vida declarando ante los jueces) parecen decididos a hacer cosas, pero solo en la prensa. Pasan los días y no hacen nada de lo propuesto.
Así ha ocurrido con la embestida de las vallas publicitarias colocadas en los márgenes de nuestras carreteras. Pocos se ahorraron el reportaje de turno avisando que se aproximaban acciones contundentes para poner orden y derribar aquellas pancartas que no estuvieran legalizadas. Una vez conseguida la publicidad, se acabó el ardor en el trabajo.
Hay ayuntamientos que cinco meses después ni siquiera habían hecho el listado de todas las pancartas metálicas instaladas. Es algo que se puede hacer en menos de dos horas. Cinco meses y nada. Ahora ya han pasado al menos diez. Y nada. Cuando la prensa inquirió sobre la tardanza, alguien contestó que el ayuntamiento tiene otras cosas pendientes, lo cual es cierto, sin ningún género de dudas. Como la respuesta de la abuela cuando le preguntabas cuando llovería y ella te contestaba «pronto y cada vez falta menos».
Los políticos hacen como la abuela. Salir en la prensa sí, corren como galgos cuando ven un fotógrafo, se atusan el bigote o se suben la cinta del sostén y colocan la cadera en ángulo. Pero más allá de los fuegos artificiales y de las declaraciones ante el juez, poco les sacaremos en limpio. Solo sacándolos con nuestro voto.
Ya sabemos que aquí nadie cabe, aunque la isla está vacía durante seis meses. Antes el destrozo de las grúas y el entramados de plumas que cruzaba el cielo, ofrecían un trasiego de cementos, camiones y cableados surrealistas. Pero ahora, maldita sea la crisis, nos hemos quedado tan solos que ya se hace difícil encontrar un amigo para jugar al ajedrez o para echar unas bolas al tenis.
Ni contarán las vallas, ni solucionarán tantos temas pendientes, ni se aclarará lo del alquiler turístico, ni nada de nada. Aquí solo queda esperar la cascada de morralla que rellenará la isla a partir de mayo. Ahora disfrutemos de la paz invernal e hibernemos, aprovechando que han cesado los bombardeos –autorizados por el PSOE en su día– de la plataforma de Castellón y con ello se han acabado los terremotos, que siempre son molestos y alteran los nervios.