La prueba del Ayuntamiento de Santa Eulalia con las cabras ha sido un rotundo éxito. Ya ves, qué sorpresa, cuando hace décadas que se emplean en toda la Península y se emplearon en Ibiza hasta los años 70, en que nos creímos muy modernos y empezamos una cadena de locuras que nos han conducido a este callejón sin salida.
Y si hay salida es a base de incendios o de rotura de instalaciones de costas, por ejemplo. En Ibiza y Formentera se rompe todo, y si no, nos lo rompen los yates multimillonarios, desde la posidonia a los cables de comunicación telefónica. Pero se rompe casi todo: en invierno porque los vientos y las lluvias nos dan el aviso, pero en verano es porque revienta todo por un exceso de uso, o por un abuso. La Naturaleza acaba por sacar sus escrituras y cuando dice este terreno es mío, es que era suyo desde mucho antes. Ocurre en las inundaciones, en las embestidas de los temporales de Levante y ocurre de una forma pavorosa en los incendios forestales de Ibiza, los incendios más horrorosos que conoce la humanidad, porque el bosque bajo es una explosiva yesca y porque el pino pitiuso tiene por definición una peligrosa cantidad de trementina y otras sustancias que atraen la llama.
Tendríamos que imprimir pegatinas con un ´Remember Benirrás´. En inglés. Cómo estaremos, pues, nosotros todos, cuando las locas de las cabras son las únicas que ponen un poco de cordura a la situación. Hace menos de un año les dieron una amplia franja de vegetación que ya llegaba hasta las casas de la villa de Xarc. Y en el tiempo de un embarazo han librado 30 metros que quedan expeditos y como cortafuegos ante cualquier incendio. Oh, milagro. No, la voz de la experiencia.
La cabra ibicenca está aclimatada, es resistente al calor y por propia naturaleza puede saltar sobre peñascos y pasos que estremecen solo de mirarlos. También sugerí que eran demasiado los 24.000€. En efecto, sólo se han gastado 11.000. Es mejor evitar que se metan organizaciones y puñetas que solo suelen encarecer el trabajo final. Mi filosofía fenicia es: Mejor cobrar poco durante mucho tiempo que pegar un pelotazo sin sentido y desbaratar una función que puede dar trabajo a muchos ibicencos. Y una leche estupenda. Y un queso muy buscado. Yo no comería otro y de hecho no compro otro hace tiempo. Usar la experiencia de los viejos ibicencos y la imaginación de los nuevos solo puede dar buenos frutos. Es evidente. Los rebaños de Tanit salvarán la isla antes que las manadas de DJ,s y la tropa de camellos que atiborran la isla. No necesitamos media docena de millonarios que lo destrocen todo, sino más cabras, prudentes y nutricias. Finalmente, observo que la prensa habla de las «cabras anti-incendios» de forma divertida y cariñosa. Las cabras bomberas. Bueno, sí, pero también son las cabras anti-inundaciones y anti-riadas, al desbrozar zonas donde la maleza se embolsa y crea situaciones riesgo añadido.