Las que hemos encontrado esta primavera son realmente muy grandes, lo que quiere decir que ha tenido un buen período de alimentación durante el invierno para llegar al tamaño actual», explica la bióloga Verónica Fuentes del CSIC, Instituto de Ciencias del Mar, en ABC. No dejemos el tema de lado, vivimos del mar y estamos alterando el statu quo biológico. ¿Hasta qué punto? Es algo que se está estudiando con mucho interés.
¿Cómo no van a engordar y a proliferar las medusas si les hemos facilitado el camino en todos los sentidos? El proyecto Jellyrisk está siguiendo los avistamientos y los momentos en que aparecen en grandes grupos, delimitando las zonas. Como en Ibiza habrá muchos voluntarios, aquí anoto la dirección en Internet, por si quieren ayudar al estudio del mapa de intensidades y detecciones: http://jellyrisk.eu/es/sobre-el-proyecto/ y esta otra: http://www.observadoresdelmar.es/projecte-3.php?idioma=en
Como se puede comprobar, en el pasado mayo abundaron los avisos de la Pelagia noctiluca, que es la luminiscente que a veces forma un curioso espectáculo sobre las aguas en las cercanías de Gibraltar. Quienes lo han visto no lo olviden nunca.
Y menos quienes han soportado sus urticantes tentáculos, pues es una especie especialmente tóxica.
Ha aparecido en Ibiza con especial intensidad, aunque siempre está presente en nuestras aguas mediterráneas y atlánticas. Es de las que hacen daño, aunque no tienen nada que ver con las carabelas portuguesas, otro visitante fastidioso que ya aparece con relativa facilidad. El latigazo de la carabela no tiene porque matar necesariamente, de hecho no es mortal en circunstancias normales, pero puede dejar tan aturdido a un bañista desavisado que puede provocarle un mareo y facilitarle de forma indirecta un ahogamiento accidental.
Si yo pintara algo en el tema de Educación, recomendaría que en nuestras escuelas se explicaran las diferencias entre las principales medusas. Es algo que puede ser muy interesante y útil.
La Pelagia noctiluca es fácil de localizar, por desgracia. Durante estos meses pasados han tenido el placer de catarlas, aparte de las Pitiusas, en Murcia, Almería, costa valenciana y catalana, donde se han avistado auténticos bancos de varios kilómetros de extensión, y con una densidad de 30 o 40 medusas por metro cúbico, lo cual es una animalada. En condiciones así, imposible pensar en extraerlas con barcas de pesca.
La única esperanza es que las corrientes marinas no las vayan depositando en las cercanías o en las costas de Ibiza y Formentera. Por poco que esto ocurra, podríamos tener un verano lleno de escozores poco gratos.