Bueno, pues yo estoy muy contento de que Formentera se sume a esta oferta de conexión a Internet por unos diez euros mensuales, aunque la ubicación de alguna casa aconseje adquirir este kit de tipo USB que se conectará a la antena de televisión para multiplicar la potencia de la señal.
Cuando yo descubrí Formentera en 1968 (?) con la ayuda y presencia de Paya, Eduardo y Norberto, con quienes coincidí estudiando los primeros cuatro años de bachiller en el seminario de Ibiza, no llegaba ni el Diario de Ibiza.
Cuando regresé en 1971 ya vivía allá mi hermano El Mendrugo y su mentor y amigo Toni Gabrielet. Era difícil encontrar prensa escrita y en cualquier caso lo habitual era encontrar los diarios y semanarios europeos con dos y tres días de retraso. Es cierto que ocurría así porque Ibiza estaba igual de mal.
Esto se acabó y los jovencitos de hoy tienen una deuda de gratitud por esta aportación de la tecnología y hacia quienes la han instalado.
No son pioneros en eso los formenterenses. En varios municipios de Extremadura hay wifi gratis en bibliotecas y colegios –y cercanías, para quien tuviera portátil– y en muchos otros sitios ha ocurrido lo mismo. El caso es que los actuales políticos del Consejo Insular de Formentera han demostrado esta sensibilidad.
Bueno, ignoro si son los políticos del Consell o del Ayuntamiento, porque al acogerse al Plan E parece más propio de los munícipes. En cualquier caso, creo que son los mismos y quiero pensar que llega un momento en que ni ellos mismos saben cuándo son consejeros o cuando son concejales.
Esta es otra singularidad de Formentera. Han caído en el mismo defecto de toda España: un derroche espantoso de sueldos, de cargos y de instituciones duplicadas, pero esto es otro tema. Ellos sabrán.
Diez euros no es caro. Yo tuve wifi durante un año y me salía por más del doble. Ahora tengo cable y no llego a los 30 euros, pero suele ser más caro, porque incomprensiblemente el ADSL en España es de los más caros del mundo y uno de los más lentos. Ya era así con el PP y este es otro de los motivos por los cuales España siempre será un país de tercera.
Un mega (¿es femenina la mega?) da para mucho si sólo vas a navegar por Internet. Estoy escribiendo este artículo con una mega, mientras escucho música de Brasil (yes.fm), tengo abiertas cuatro pestañas en Firefox y el Open Office. Me sobra. No quiero entrar en polémicas, pero tiene razón Silvia Tur cuando dice que es suficiente. Quien pretenda descargar películas, música y juegos que busque otra conexión, la wifi queda corta y además, hablando de cortar, la mía se cortaba cada día a las dos de la noche y me dejaba con un palmo de narices. Aprendí a no tener nada importante en pantalla a aquella hora.
Informarse en Google o en Yahoo es un placer de dioses. Una de las primeras cosas que se puede consultar: los peligros del wifi para la salud humana, sobre todo para los niños y las embarazadas. De todas formas existen controles sobre los umbrales de peligro de la radiofrecuencia y de las ondas electromagnéticas. Pero busquen ustedes.
Queda mucho por investigar, pero hay peligros, aunque se pueden mitigar.