Lo leo sin dar crédito, aunque ya lo avisé en diciembre al menos en estas mismas páginas: el ´todo incluido´ (TI) es una práctica desleal, diabólica, que está creciendo y ha venido para instalarse. La mitad del mercado alemán solicita comprar sus vacaciones en TI, según la patronal hotelera.
¿Recuerdan que se empezó por media docena de hoteles?¿No se acuerdan cuando el primer año de venderse casi arruinó el puerto de Sant Miquel y otras zonas? Yo sí me acuerdo. A partir de ahí la patronal siempre ha informado a la baja. Quiero decir que si había un 15% de TI decían que había un 7. Ahora llevan camino de hacer lo mismo. El turismo familiar alemán acabará por traerse su fiambrera y su maleta llena de galletas. El ´todo incluido´ se ha apoderado de la economía isleña. No es necesario ser ningún lince para ver las consecuencias inmediatas y a medio plazo. Negarlo es inútil. «O aceptamos el ´todo incluido´ o quedamos fuera», dice Juanjo Riera. La reacción correcta sería quedarse fuera, fuera de esta trampa.
Fuera de esta imposición («el turista lo exige») existe el libre mercado, pero los políticos y funcionarios del Consell de Ibiza se tendrían que poner a trabajar muy en serio. Ya saben lo que dirían: «Nos falta personal», etc. El Consell no puede perseguir todos los abusos, pero puede exigir que todo aquello susceptible de ser comprado ofrezca sus precios en lugar bien visible y que una policía turística tenga facultades para ejercer con rapidez y ejecutar las multas o las órdenes de cierre en juicios rápidos. Hay que reflexionar cómo se neutraliza la picaresca. Dudo mucho que el Consell de Ibiza tenga ganas, capacidad ni sentido político para hacer todo esto. Les es más fácil ir pidiendo dinero para promocionar los hoteles del ´todo incluido´ o para hacerles descuentos en algunos servicios. Y en caso de duda nos vamos a la discoteca.
En resumen, la situación de Ibiza es gravísima y no todas las causas provienen de una crisis global. A finales del siglo XX intuí una Ibiza en fase terminal, finiquitada, y el tiempo desgraciadamente me ha dado la razón. Pero yo pensaba que una nueva generación de políticos y de empresarios serían capaces de reconvertir y de rediseñar el turismo y la economía en la isla. No lo han sido hasta ahora. De hecho se vive de las migajas que todavía deja el turismo de charter y de operador turístico. Todavía se puede reaccionar, pero ayer ya era tarde. ¿Y vienen con más ´todo Incluido´?
Todavía algunos dudan sobre lo que digo. Pues bien, a fecha de 30 de octubre, como más lejos todos podrán visualizar esta cruda realidad.
Mientras una tropa inmensa de concejales y de políticos se pasea por Berlín, en general a costa del erario de todos los pitiusos (después no hay presupuesto para hacer cosas dicen, y tienen razón) cae una noticia como un chaparrón de agua helada sobre los mercados, sobre España. Y sobre Ibiza. Copio: «Se trata de una caída inesperada y estrepitosa. Las exportaciones alemanas, según ha publicado la Oficina Federal de Estadística, cayeron en enero de 2010 un 6,3% respecto a diciembre de 2009. No se registraba un descenso parecido desde hace más de un año y el dato hace cuña en la grieta de la recuperación alemana, de la que depende, en buena parte, la del resto de Europa».