Empeñarse en negar las crisis sólo conduce a una frustración mucho mayor y a unos efectos colaterales agravados. Pero a partir de ahí no soy partidario de autoflagelarse ni dedicarse a prácticas masoquistas.
Tengo la sensación de que la ciudadanía es mucho más madura que una gran parte de los gobernantes. Por ejemplo, cuando años atrás la prensa local publicaba cifras de ocupación posiblemente hinchadas, algunos ibicencos me paraban y me pedían explicaciones: ¿de dónde se han sacado estas cifras?
La gente no traga fácilmente el anzuelo, y si traga es consciente de la volatilidad de muchas frases que nacen más del voluntarismo y de la pura propaganda que de un análisis serio. Por eso este cronista fenicio no puede resistir la tentación de ironizar cuando algún organismo sale al escenario dando grandes frases rimbombantes, triunfalistas y ajenas a la realidad.
Ahora leo (el pasado día 15) que el CRE «descarta que la economía pitiusa se recupere este año». Bien dicho. Ya que no podemos ganar dinero, ganemos en realismo.
Y el realismo nos enfrenta a un muro insalvable: seguimos en recesión, los grandes países europeos emisores del turismo que viene a Ibiza (Gran Bretaña, Alemania, Italia, España, etc.) no consiguen mantener un leve aumento de crecimiento y en cualquier caso una economía en recesión no es generosa a la hora de crear turistas. Es más, se pierden.
El CRE ya lo acepta abiertamente y da igual cómo se formule: sin empleo la economía pitiusa no mejorará, pero si no mejora la economía, ¿cómo se va a crear empleo?
Aceptada esta evidencia no podemos esperar más que tocar fondo en este pozo sin precedentes en nuestra economía pitiusa, Nunca antes nos había ocurrido nada ni siquiera aproximado, y sabemos que todavía no tocamos fondo, seguimos destruyendo puestos de trabajo.
Este matiz es importante, no es que se pierda sólo el empleo, es que se destruye el puesto de trabajo. Es decir, van cayendo las empresas y los autónomos como moscas. Por esto mismo dice el CRE que para reflotar el tejido económico de las islas harán falta nuevas ideas y nuevos productos.
Ibiza tendrá que rediseñarse y elegir de forma implícita si no quiere quedar como un recinto residual convertido en la gran discoteca de Europa y como laboratorio para que los jovenzuelos experimenten con nuevas drogas de diseño.
En positivo, el futuro siempre llega. Hay miles de nuevas oportunidades. La marca Ibiza tiene un gran nombre. Los británicos siguen repitiendo. Los alemanes, aunque menos, volverán.
En positivo, esta crisis puede ser muy fértil y puede suponer una gran oportunidad para cambiar ciertas cosas negativas que dañan mucho a la isla. Al trabajo, the sky is the limit.
Diario de Ibiza