Como el chiste del niño que le pregunta a la abuela cuando lloverá y ella contesta «ya falta menos» (una gran verdad, cada vez falta menos) algunos políticos y técnicos de gabinetes de estudios suelen soltar sus mantras preferidos.
El paroxismo de la ceguera o de la manipulación (seré prudente en los adjetivos), cómo no, es Zapatero. Allá él y allá quienes le han votado. La CAEB es muy prudente, pero por algún motivo se siente tentada a utilizar un razonamiento psicológico, a falta de uno económico.
Es lo que hace: «La CAEB cree que en primavera podría empezar la recuperación económica» (DI, 19-12-09) o cuando «confía que el próximo verano será más aceptable que el de este año» (esto ya es el 25 de diciembre, 2009). Y quizás porque estamos en fechas tan señaladas, la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) bien sea por boca de Josep Oliver o de Vicent Tur se dedican a «creer» y a «confiar». Ya saben lo que hacen, ya.
Miren, si se trata de creencias y de confianzas yo tengo muchas y ahora estoy sin trabajo: ¿no tendrían un empleo para mí para cuidar del jardín de su santa sede?
Y un plus añadido: conservo el sentido del humor, aunque a veces hablo solo –sobre todo cuando estoy solo- y me pillo algún rebote.
En realidad, tanto políticos y analistas están pasmados, perplejos y no tienen nada que decir, aunque digamos la verdad, eso nos pasa a muchos y quien lea el texto verá la explicación.
¿Entonces qué ocurre? Algo que ningún político ni analista (ayyy, los consultores, serán la perdición de la humanidad) podrá admitir jamás: no saben nada, ni siquiera acaban de entender lo qué ha ocurrido. Estamos todos igual: nuestra incertidumbre nos iguala, ya que no nuestro sueldo.
Ahora mismo tenemos cuatro grandes países emisores: Alemania, Gran Bretaña, España, Italia.
Pues bien, toda la razón tienen la CAEB, Sa Nostra, los columnistas o los analistas al quedar en standby, o en espera con cara de tocho.
En primer lugar, yo creo que ni los propios gobiernos inglés, alemán, italiano (y por supuesto el español) son capaces de acertar una previsión de aquí al próximo mes de junio. No tienen ni ideas, y sobre las pocas ideas que tengan, mejor no creerse ni una. Es cierto que Alemania y Francia crecen unas decimitas, pero no lo suficiente para llenar Ibiza a rebosar. ¿España? Uyyy, ¿Italia? mal.
Es en estos momentos –y quizás por eso la CAEB lo hace- es mejor echar mano de la confianza, la esperanza, el compañerismo, la familia, los amigos y enfrentarse dispuestos a una larga resistencia (crisis en ´ele´ ¿recuerdan?, a la japonesa). De todo lo demás ¿qué sabe nadie? Perdido por perdido mejor es sonreír, tratarse bien y recuperar el uso de las piernas y del botijo.
El paroxismo de la ceguera o de la manipulación (seré prudente en los adjetivos), cómo no, es Zapatero. Allá él y allá quienes le han votado. La CAEB es muy prudente, pero por algún motivo se siente tentada a utilizar un razonamiento psicológico, a falta de uno económico.
Es lo que hace: «La CAEB cree que en primavera podría empezar la recuperación económica» (DI, 19-12-09) o cuando «confía que el próximo verano será más aceptable que el de este año» (esto ya es el 25 de diciembre, 2009). Y quizás porque estamos en fechas tan señaladas, la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) bien sea por boca de Josep Oliver o de Vicent Tur se dedican a «creer» y a «confiar». Ya saben lo que hacen, ya.
Miren, si se trata de creencias y de confianzas yo tengo muchas y ahora estoy sin trabajo: ¿no tendrían un empleo para mí para cuidar del jardín de su santa sede?
Y un plus añadido: conservo el sentido del humor, aunque a veces hablo solo –sobre todo cuando estoy solo- y me pillo algún rebote.
En realidad, tanto políticos y analistas están pasmados, perplejos y no tienen nada que decir, aunque digamos la verdad, eso nos pasa a muchos y quien lea el texto verá la explicación.
¿Entonces qué ocurre? Algo que ningún político ni analista (ayyy, los consultores, serán la perdición de la humanidad) podrá admitir jamás: no saben nada, ni siquiera acaban de entender lo qué ha ocurrido. Estamos todos igual: nuestra incertidumbre nos iguala, ya que no nuestro sueldo.
Ahora mismo tenemos cuatro grandes países emisores: Alemania, Gran Bretaña, España, Italia.
Pues bien, toda la razón tienen la CAEB, Sa Nostra, los columnistas o los analistas al quedar en standby, o en espera con cara de tocho.
En primer lugar, yo creo que ni los propios gobiernos inglés, alemán, italiano (y por supuesto el español) son capaces de acertar una previsión de aquí al próximo mes de junio. No tienen ni ideas, y sobre las pocas ideas que tengan, mejor no creerse ni una. Es cierto que Alemania y Francia crecen unas decimitas, pero no lo suficiente para llenar Ibiza a rebosar. ¿España? Uyyy, ¿Italia? mal.
Es en estos momentos –y quizás por eso la CAEB lo hace- es mejor echar mano de la confianza, la esperanza, el compañerismo, la familia, los amigos y enfrentarse dispuestos a una larga resistencia (crisis en ´ele´ ¿recuerdan?, a la japonesa). De todo lo demás ¿qué sabe nadie? Perdido por perdido mejor es sonreír, tratarse bien y recuperar el uso de las piernas y del botijo.