sábado, diciembre 12, 2009

La salud de nuestra sanidad



Me quedó pendiente un tema que afecta mucho a Baleares: el turismo médico, de bisturí o sanitario. Mientras procuro hacerme con algunos datos –siempre esquivos—constato que el estado de nuestra sanidad no es especialmente envidiable.
La única faceta que veo con inmejorable optimismo es la proliferación de sindicatos. Si no lo he soñado, leo el pie de foto publicada en el Diario donde se nos informa que hay representantes de ¡seis sindicatos! Hombre, eso sí que es variedad y alegría.
Por lo demás ya ha ocurrido lo que tanto temíamos por estos pagos: nos ha pasado la década de la locura millonaria y una vez más Ibiza y Formentera han perdido el tren. Quiero decir que seguimos sin las estaciones, sin los puertos y sin los hospitales que tanto necesitamos. Y ya se acabaron los contingentes europeos de dinero o del gobierno central. Aquí no veremos ya un euro nunca más por este concepto. Ibiza ha perdido el tiempo y el tiempo es oro.
Ahora vienen los consejeros del Govern desde Palma explicando la imposibilidad de un presupuesto suficiente y piden comprensión por los tiempos críticos que vivimos. Comprendemos. Entonces ¿por qué no solucionaron las cosas cuando los dineros boyantes y florecientes crecían hasta bajo la sombra de las coles en las cajas de chocolate?
Ahora, buenas palabras y voluntarismo, pero mucho menos dinero: se nos recorta más de un 30% el presupuesto para sanidad. Si antes sufría gravísimas carencias y disfuncionalidades, imaginen ahora. No es raro que entre tanto sindicato, tanto recorte y tanta carencia ni siquiera se haya comenzado el nuevo hospital. (Por cierto, me apunto todavía al cambio de ubicación). Ni que el personal sanitario anduviera alborotado, hasta el punto de que han dimi-cesado al director Cárceles. Pero si los problemas son tan graves como intuyo, la dimisión de un director no solucionará los problemas de nuestra mala salud, porque ya llueve sobre mojado, como en el caso de la contratación de especialistas.
El Ib-Salut ha efectuado 20.574 traslados sanitarios en un año, al tiempo que más de 3.500 pitiusos están en una lista de espera (a veces de muchos meses) para consultar con el especialista o para pasar por el quirófano. Algunos tendrán difícil ser atendidos si antes no se contrata al personal cualificado en Urgencias, Cardiología, Oncología y otros de la Unidad de Hospitalización a Domicilio y en los centros de salud (leo el Diario del día 4 de noviembre, ojalá ya se haya incorporado alguien desde entonces).
Nuestra sanidad es demasiado importante para venir ahora recortando un tercio el presupuesto. Hay que abastecer y animar al personal. Todo tiene solución, aunque para ello tengamos que llegar al inusitado extremo de ponernos de acuerdo entre varios grupos políticos o incluso, y por mucho que nos duela, prescindir de algún sindicato.
En este contexto, que tengamos que atender a unos miles de extranjeros o residentes europeos, es un problema añadido, pero no era lo más urgente. Otro día lo hablaremos.