Yo le escuché decir al ex presidente Felipe González que se pueden hacer promesas, formalizar citas para conferencias, comparecencias o viajes, pero hay un problema: Todo acaba por llegar.
Todo acaba por llegar y hay que estar ahí con firmeza y capacidades. Claro que esto le debe sonar a chino a José Luis Rodríguez Zapatero: si no le va bien, cancela la cita, lo cual le ha granjeado no pocas antipatías, como el caso paradigmático de Polonia.
Me parece que era Juan Carlos Onetti, un excelente escritor uruguayo, que se tumbó. Los jóvenes no sabemos ya de estas cosas, pero tumbarse era un fenómeno típico de la inmediata posguerra mediante el cual algunos desengañados, intimidados o agorafóbicos se recluían en su habitación y a menudo se tumbaban en la cama, donde pasaban la mayor parte de su vida. En la cama escribían, leían, comían y a veces incluso dormían.
Más de una vez me ha pasado por la cabeza, pero no soy tan autosuficiente.
Pero bueno, que todo llega, y así vemos que la crisis «apenas durará dos meses» como dijo el impresentable ministro Corbacho ni veremos -un suponer- una mejora de la contratación laboral en marzo.
Al contrario, marzo será uno de los peores meses que se recuerdan, pues muchos desempleados cesan en la percepción del subsidio y la Semana Santa llega demasiado pronto para aconsejar la apertura de hoteles y de comercios de la oferta complementaria.
Pero da igual la fecha: los países emisores de turistas están bajo una recesión de caballo, como no se recuerda en toda nuestra moderna historia.
La ingenuidad o la perversidad de ZP no conduce a nada: ni siquiera crea decepción, porque me temo que desgraciadamente ya nadie espera nada de él. Su pronóstico podría haber tenido un sentido si en vez de referirse a marzo hubiera dicho mayo.
En efecto, ya en mayo miles de plazas tendrán que ser ocupadas, por mucha crisis que nos afecte.
Ibiza despertará y en junio ya llegarán miles de turistas. No quiero ni imaginar que ocurra de otra manera. No quiero ni pensarlo.
Todo acaba por llegar y las fechas ya están aquí. Toda España recibirá cientos de miles de turistas, aunque ahora ya es fácil descontar un elevado porcentaje en los descensos, no sólo por esta insólita recesión, sino por la competencia literalmente feroz de destinos como Turquía o Egipto, incluso Grecia, que ya comienza a ser una competencia muy seria.
España es el segundo país del mundo en recepción de turistas: unos 54 millones, pero?si el descenso es de un 20 % entonces el daño será de órdago. Y todo indica que los tiros van por ahí. Ojalá que me equivoque.
Comencé a escribir en prensa en 1972. Aquí incluyo artículos o textos breves publicados en prensa desde diciembre de 2006.