A la hora de analizar los entresijos de la promoción turística de Ibiza me obligo a regresar a los orígenes para esclarecer cuál fue uno de los secretos del éxito de las Pitiusas: su abigarramiento, la mescolanza armónica, la mezcla de clases, razas, costumbres. Ibiza fue un melting pot que todavía asombra a los sociólogos y que nadie ha podido superar, ni siquiera emular.
Esto va camino de malograrse, de hecho lo ha sido ya. Lo han estropeado los políticos que quieren meter la mano en todos los bolsillos para apropiarse de tu dinero y cuando lo tienen lo invierten en aquello que mejor ayude a su partido, a su banda, a su secta. Y hacen vídeos.
Si algo funciona, no lo estropees. Pero esto no quieren entenderlo estos políticos, porque el dinero es poder y éste se prolonga en el uso del mismo. Del dinero ajeno. Da igual que sean del PP y que se las den de liberales: las peores medidas de promoción turística las ha tomado el PP, al principio bajo la férula caciquil que tanto ha dañado a la isla en muchos sentidos. Ahora PSOE y PP ya siguen la inercia y ésta se traduce en mantener la isla como una gran e insoportable discoteca, Bien, es soportable para alguien permanentemente drogado o embriagado. Para la gente normal, Ibiza es un espacio de locura y un antro inhabitable. Una disparatada discoteca global.
Me di cuenta de que esto ocurriría a mediados de los 80, cuando siendo conseller de turismo Pedro Palau, Ibiza empezó a publicitarse con enormes fotografías de discotecas con frases de este estilo: ´Ibiza, a veces también se duerme´. Lo cual es falso, por cierto. En Ibiza no duerme ni quien deba hacerlo para atender su trabajo.
El video gay friendly en Fitur no es la primera metedura de pata, es la penúltima. Porque Ibiza no ha de ser gay friendly sino friendly for everybody. ¿Por qué se hizo? Según leo, es que el turismo gay ha sufrido un bajón. Atónito, no doy crédito, porque de ser cierto se habría confeccionado otro mensaje más globalizado, dado que el turismo nacional sí que ha pegado un bajón. Menudo bajón, cuando en las Baleares hemos perdido un millón y medio de españoles, de los cuales casi 200.000 deben correspondernos a los pitiusos. ¿Y dónde está el vídeo? La imagen de Ibiza es un desastre, aunque este video está técnicamente bien hecho.
Yo no he visto nada parecido en ningún lugar del mundo, que se anuncie un prostíbulo a todo color y con fotos en el centro de la ciudad (en su día se retiró ante las quejas), tantas pancartas de discotecas o vídeos como el que nos ocupa, patrocinado por el gobierno de todos, no solo de los LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales, supongo, yo qué sé). Por las mismas fechas, la Cuatro emitió un reportaje sobre San Antonio y sus borracheras violentas, pero al ser una cadena privada, nada tengo que decir. Lo que no se entiende es que estas explícitas y efusivas muestras de hedonismo las paguen los contribuyentes.
Ibiza ha perdido el norte, pero hace tiempo. La prueba de que vamos al despeñadero son los elogios de la prensa mallorquina hacia el vídeo gay. Pero ellos no lo hacen. Ningún gobierno del mundo lo hace. Brasil incluso prohibió el topless, el alcalde de NY retiró la prostitución de la calle 42. En Fitur aparecieron dos niñas muy monas, vestidas con un hermoso látex de color rojo en nombre de una discoteca de Gandía que simplemente sonreían a los visitantes ¡y llamó el presidente de la Comunidad Valenciana al estand para exigir cabezas! En fin, que aproveche, porque de lo que se siembra se come.