Las agencias divulgan la noticia y sale publicada en la mayor parte de diarios digitales: el comercio balear solo estará obligado a rotular en una de las dos lenguas oficiales de las islas, catalán o castellano, y dependerá de la voluntad del empresario si incluye a ambas o alguna otra extranjera, según comunicó el conseller de Economía, Joaquín García, a los representantes del sector. Dicho de otra manera, la norma actualmente vigente, del año 2001, quedará eliminada en el nuevo articulado de la Ley de Comercio. Rotular en catalán ya no será obligatorio.
Por supuesto se eliminan las descaradas multas lingüísticas más propias de un país totalitario, como de hecho ocurre en Cataluña. Lo diré claramente: estamos ante otro gran acierto de Bauzá, que está destejiendo la pegajosa telaraña catalanista para controlar hasta el mínimo detalle la vida social y personal de los baleáricos. Los nacionalsocialistas isleños siguen casi al pie de la letra el proceso de catalanización y privación de libertades de Cataluña.
Si en Baleares no han podido ir más lejos es porque la ciudadanía, al ver el caos y la ruina generalizada creada por estos mediocres aprendices de brujo, les ha sacado del poder con una sonora patada en el trasero. Todavía pagaremos durante lustros con nuestros impuestos –cada vez más insoportables– las locuras y los desbarres generados por estos ecologistas, catalanistas y socialistas mesiánicos. Lo que hace Bauzá no es gran cosa, pero medidas como ésta, el TIL y la nueva ley de funcionariado –que permite contratar a funcionarios que hablen solo español– suponen un gran alivio y un retorno a la lógica y al sentido común.
En otros apartados no tengo una opinión tan favorable, pero en este momento y en este asunto sí. Muy bien por el gobierno de Bauzá, que ha sabido salir indemne y con elegancia de una de las trampas catalanistas más burdas.
En la ley de Comercio que aprobaron los socialistas (o lo que fueran) en 2001, se puso una vez más de manifiesto la capacidad de enredar nacionalista y el papanatismo del PP. Parece que con Bauzá, este partido ha tomado nota sobre la omnipresente mala fe que muestran los políticos progres a la hora de legislar para sacar ventaja en cualquier interpretación que en el futuro les pueda favorecer. Así, aquella ley decía que los comercios están obligados a poner sus rótulos y carteles informativos «al menos en catalán». Parece poca cosa, pero significa que hay que rotular siempre en catalán. No se podría usar un nombre en castellano solamente. Siempre el catalán. Obligatorio.
Es evidente que se lucieron los legisladores conservadores en este caso, como en tantos otros. Huelga decir que las multas oscilaban desde los 1.500 euros hasta los 60.000, si bien al ser desalojados del gobierno, los nacionalsocialistas no tuvieron tiempo de aplicar esta ley demencial y represora. Dentro de un mes esto habrá cambiado. Puede rotularse en el idioma que se quiera, siempre que se use uno oficial de España.