Comencé a escribir en prensa en 1972. Aquí incluyo artículos o textos breves publicados en prensa desde diciembre de 2006.
Grupo de blogs MD Mariano Digital
sábado, enero 19, 2008
Turismo de buceo
Parodiando y parafraseando aquella triste sentencia de un dirigente nazi -«cada vez que oigo la palabra cultura, echo mano a mi pistola»-, a mí me ocurre que cada vez que oigo expresiones como «debemos promocionar el turismo de invierno», «debemos alargar la temporada», «debemos promocionar el turismo náutico», «no podemos perder el turismo de golf», «debemos promocionar el turismo de buceo», «debemos promocionar el turismo de día», etc., me entra una especie de ataque de risa.
Y eso ¿por qué? Pues porque la mejor forma de hacer las cosas es haciéndolas. Casi nadie hace casi nada para conseguir alargar la temporada ni para buscar un turismo normal que viva de día, ni nos han interesado lo más mínimo los fondos pitiusos.
Al final hemos quedado reducidos a la droga, la noche, la discoteca y las playas. Pero con una salvedad: las playas absorbían el trasiego de medio millón de turistas al año (es decir, cada verano). Pero nuestras playas se han visto obligadas a reconocer que no son auténticas playas, sino calitas. Hermosísimas, pero calitas. Y encima han venido los hamaqueros, los kiosqueros y todo aquel que pueda a vendernos la sandía en las calas.
Eso nadie lo entendía al principio.
¿Cómo que no tenemos playas? Toda Ibiza está llena de playas, decían algunos despistados.
Pues no. No tenemos playas. Basta hacerse una excursión un grupo de amigos, empezando por Salou, bajando por Tarragona, Castellón, llegar a las playas interminables de Valencia y seguir bajando hasta Alicante, Murcia, Almería, etc. Esto son playas. Lo de Ibiza son calas.
Valga cualquier esfuerzo destinado a ofrecer otras cosas que no sean estirarse en una hamaca, como perderse en el mar y descender a los fondos de Ibiza o de Formentera. Todavía deben quedar zonas maravillosas. Otras muchas están destrozadas, contaminadas y casi sin variedad de especies.
Hace tiempo que expresé mi convicción sobre las potencialidades de Ibiza como escenario de distintos deportes. Varias veces, en distintas ocasiones lo he expresado junto a otras voces: Ibiza tiene una buena temperatura, los inviernos podrían acoger a cientos de miles de deportistas y de aficionados.
Como ha sido el caso de la II Semana de Buceo, donde se nos ha alertado de los peligros de la desaparición de algunas especies como el tiburón, o de los desequilibrios que crean disfuncionalidades, como las invasiones de medusas.
Durante los inviernos muchos europeos pagarían por tres días de vacaciones activas. Ibiza debe saber que a todo se le puede dar la vuelta y que «cada vez que oigo la palabra pistola, echo mano a mi cultura».
Regreso a Mariano Digital
-