miércoles, enero 30, 2008

Contaminación acústica en tierra, mar y aire


Hace muchos años que sé por experiencia propia que el ruido excesivo y prolongado tiene efectos nocivos y a veces devastadoras sobre la salud del ser humano.
Yo creo que todos los ibicencos que nos fijamos un poco conocemos este fenómeno, aunque no es algo exclusivo de nuestra isla. Casi son 160 los millones de habitantes de la Unión Europea que están expuestos a ruidos superiores a 65 decibelios.
Y que se sepa: el ruido mata. Puede llegar a matar. El ruido en exceso produce estragos en la salud humana.
Hemos tenido que esperar siete años del siglo XXI para que nos dieran a conocer el Mapa del Desastre de Ibiza y Formentera.
En tierra firme gozamos o sufrimos unos niveles de ruido intolerables, causados en su mayor parte por bares, discotecas y por la circulación. Sin olvidar el grato recuerdo de los aviones que van llegando cada tres minutos durante toda la noche, al menos en verano. Me refiero a quienes tienen el privilegio de vivir en la paradisíaca e infernal zona del Puig des Molins.
Aquello sí que es el corredor de la muerte: un trasiego imparable de aviones que salen y que entran a la pista. Parece la guerra de Corea con K. O parecía, porque no hay mal que cien años dure y donde vivo ahora no hay aeropuertos ni los necesito.
En noviembre del 2007 se presentó al mapa del ruido, el Mapa del Desastre.
Siempre queda la pregunta que se hace uno mismo poniendo cara de tonto: ¿pero tengo que aguantar yo esto?, ¿no tiene remedio esta situación?
Tiene remedio, pero se han de dedicar unas horas a la semana y los concejales de Medio Ambiente o de Interior parecen más ocupados en otras cosas o pidiendo informes (los del PSOE).
Talleres, casas de alquiler y particulares han de hacer uso de los artefactos silenciadores y amortiguadores homologados en toda Europa.
Los bares y las discotecas no sólo tienen un horario: durante todas las horas de todo el día no pueden emitir ruidos superiores a estos 65 decibelios y mucho menos que lleguen al exterior.
Lo de los aviones no tiene arreglo como no nos traigamos a los clubbers en barco o montados en globo.
Hoy no he comentado nada de la contaminación acústica bajo el mar. Pero cómo será que las ballenas prefieren embarrancar en la costa antes de seguir soportándolo.
También se ha presentado un mapa del ruido en el mar. Otro día, ¿sí?

Regreso a Mariano Digital