Por regla general no somos capaces de solucionar casi ningún problema. Me refiero a los políticos.
Siempre habrá alguno que destacará, pero por poco tiempo. Un político eficaz sería como un individuo honrado que no admite sobornos en estructuras cerradas de poder. Hay que acabar con él porque nos pone en evidencia. Me refiero a amargarle la vida hasta que se vaya del cuerpo u organismo.
Llevamos 20 años sin taxis. Bueno, pues pese a todo en el verano del 2008 no sólo habrá carencia de taxis sino que aumentarán los piratas.
Lo que ocurre en España es escandaloso, y quizás sea debido a que la clase política ha ido siendo copada por maestros de escuela y profesores quemados. Qué nivel habrá en la enseñanza española (ya lo sabemos)… para que una vez traspasados al mundo de la política hayamos decaído en este nivel esperpéntico de la res publica.
El nivel de la enseñanza es de lo peor del mundo. Y el de la política es peor.
En Ibiza estamos en una situación preocupante. Ya basta.
Se han creado una costra en la que se creen inmunes, porque nadie puede contagiarles más de lo que lo están. Se sienten impunes porque nada puede ocurrirles, o eso creen ellos. Y acaban por creerse omniscientes porque se han puesto en manos de las consultorías y de las externalizaciones.
En Ibiza es para escribir un guión cómico de una película esperpento.
Da la impresión de que el ejercicio más penoso es comprobar en la cuenta corriente que les han ingresado los cincuenta mil euros.
En infraestructuras, proponen y ponen donde se quepa, aunque sea una depuradora encima de una montaña. O las escuelas en terrenos acústicamente asesinos. ¿Qué más da?
Es como si los distintos grupos de presión fueran aportando las ideas (Abel Matutes, gran ladrillólogo del Pp) y los políticos (maestros que se han transfugado de las aulas) van pasando años y tirando de la chequera.
Los hoteleros son quienes les proponen los techos de población. Aviación civil les avisa dónde no pueden construir…
Para el resto encargan uno de estos extraños informes que puso de moda el PSOE de 1985. Estas empresas le dirán a Tarrés lo que tiene que hacer.
¿Y si se equivoca? Nada, tranquilo, en caso de peligro te pasamos a diputado. Y vamos alargando el proceso.
¡Taxi! Pero el taxi nunca vendrá.