Francina Armengol, multada por esta visita de propaganda en período electoral, aunque en un principio se pensó que había sido multada por lucir este modelito de adefesio. |
Inmersos en las turbulentas convulsiones de la avalancha de turistas, no por esperada menos ingrata, apenas nos fijamos en las maniobras del Govern Balear. Nuestro gobierno está tomando medidas que nos afectan y nos seguirán afectando muy directamente.
La presidenta Francina Armengol, que solo viene a Ibiza para ser multada por la Junta Electoral y poco más, ha aprendido una lección de humildad, al encontrarse con la crudeza de los números desnudos. Se puede hacer demagogia, y de hecho la hacen sin cesar en los medios, pero la realidad es una burla a cualquier quimera. Gobernar en un pacto de perdedores y encima con la ruina amenazante y omnipresente no ha de ser nada fácil. Pero ellos disfrutan de lo que antes se llamaba la erótica del poder.
Al margen de la pugna constante con Podemos –que controla al Govern sin mojarse ni un pelo–, Francina ha recibido el mensaje claro de Montoro: se ha de reducir el gasto político improductivo, léase consorcios y empresas publicas que suelen cobijar a todos los apesebrados que no sirvan para gran cosa, aparte de ir cobrando.
Cuando José Ramón Bauzá redujo las 181 empresas públicas hasta 78, la oposición se le echó encima sin misericordia. Ahora Montoro le exige a Armengol que siga rebajando si quiere percibir fondos del FLA (Fondo de Liquidez Autonómica), que en teoría se deben devolver algún día.
De manera que de 78 empresas públicas se pasará a 67 antes de julio de 2017.
De manera que de 78 empresas públicas se pasará a 67 antes de julio de 2017.
Una medida que supone un shock para la forma de gestionar del socialismo, que siempre ha tirado de gasto desproporcionado en áreas y temas prescindibles. «Dinero para hacer política» le pedía ZP al pasmado Solbes, que le solía contestar: no queda ni un céntimo. Y era cierto.
Ha tenido suerte Armengol al cerrar este capítulo en la hoja de ruta antes de que el próximo Gobierno tenga que negociar con Bruselas la interminable lista de recortes para reducir el déficit. Vienen malos tiempos para el derroche.
Francina y su equipo de perdedores, la flor y la nata de la progresía, que han arruinado las arcas de Baleares cada vez que han gobernado (dos hasta ahora, van por la tercera) necesitan dinero desesperadamente. Sin dinero no saben gobernar.
En las islas menores seguiremos pidiendo más atención, como siempre y no la recibiremos, como siempre. Item más, el grueso de los fondos de la ecotasa recaudados en Ibiza y Formentera partirán a Mallorca para nunca más volver.