"Formentera necessita el teu costat verd», en catalán. En ibicenco diríamos «Formentera necessita es teu costat verd». Cuando se anunció esta campaña en prensa lo vi en catalán, pero creí –en mi incorregible buena fe– que se harían pósters y folletos en inglés y castellano. Pues no: el Consell de Formentera, que evidentemente está sobrado de dinero para derrocharlo en banalidades parecidas, ha lanzado una campaña ciudadana de concienciación, pero solo dirigida a los catalanoparlantes. Se supone que el resto de españoles está tan predispuesto como cualquier otro a darles su lado verde. Pareciera que solo los catalanoparlantes necesitan que se les recuerde estas normas básicas de urbanidad y de cultura ecológica. Si no es así, no se entiende.
¿Cabría pensar que están usando los recursos públicos –por lo que se ve abundantes– para iniciar una política de dejación ante el castellano y en consecuencia, para proseguir su política de catalanización? No ha estado mucho más lejos la jefa mallorquina catalanista, Francina Armengol con su Plan Quinquenal de implantación casi exclusiva del catalán en las empresas y en la vida pública en general. Hasta la presidenta del Govern ha tenido que dar marcha atrás. Formentera no es tan importante, pero ha dejado sembrado un precedente que desagradará a muchos españoles que se dejan mucho dinero en la isla pitiusa.
Hace tiempo que detecto indicios en el mismo sentido: pienso que estos políticos han escogido un mal camino. El peor. De seguir así, no serán necesarios los planes de contingencia y de control de entradas de vehículos. O de limitación de turistas. No gasten dinero en esto, es muy probable que muchos miles de españoles dejen de venir a la isla. Y les recomiendo que abandonen la prepotencia catalanista que ante tales avisos suelen contestar con desprecio.
Otro año más, el presidente del Consell de Ibiza, Vicent Torres, ha discurseado, aprovechando que la prensa pasaba por allí. Cada cual sabe dónde le aprieta el zapato, pero con mencionar una lista de problemas –que ellos jamás resolverán– ya no es suficiente. Los ciudadanos tienen claro que los políticos están creando muchos más problemas de los que en realidad van solucionando. Aparte de cargar a la gente con montañas de burocracia no se siente ninguna ventaja con el régimen autonómico. Y nos cuestan cinco millones de euros al año. El ciudadano empapelado y cada vez con mayor presión fiscal. Ha añadido otra importante novedad que repite habitualmente el PSOE desde hace unos veinte años: van a cambiar de modelo de isla. Ya. ¿Y qué pasa con el tranvía prometido?