No controla la entrada de serpientes a Ibiza ni impone ni ejecuta las sanciones a los infractores en materia de turismo o vivienda, no ha solucionado el problema del agua ni de las depuradoras, los taxis-pirata siguen viviendo en una isla llena de felicidad y de facilidad, no ha empezado ni ha proyectado el tranvía monorraíl, no ha implementado medidas especiales contra los incendios, pero... pero el presidente Vicente Torres sigue viviendo cómodamente instalado en el futuro. Cada vez que abre la boca –y lo hace demasiado a menudo– nos promete algún logro para el futuro o nos desmenuza dónde y cómo se van a invertir los euros que nunca se recibirán de la nefasta tasa turística, la ecotasa.
Asombra su facilidad para prometer y promete. El problema es que como decía Alfonso Guerra con bastante guasa, se trata de ´prometer hasta meter, pero después de haber metido, nada de lo prometido´.
Incluso se atreve a dar la cara, por fin, ya era hora, en el tema que tanta angustia a muchos ibicencos que viven dispersos por la campiña. El presidente de todos se moja con valentía.
„¿Pero cómo? ¿Qué va a solucionar el tema de la oleada de robos?
Bueno... yo no he dicho tanto. En su discurso de fin de año, uno de estos discursos que nos ofrece cada par de semanas, dice lo siguiente, según copio del Diario:
«He asumido la responsabilidad de reivindicar una mejora de la seguridad para acabar con el miedo de que en cualquier momento puedan entrar en nuestras casas», destacó, para agregar acto seguido: «Como presidente, no puedo aceptar que la gente no pueda vivir tranquila en sus casas, sin miedos ni amenazas».
Ya lo sabéis, llegó superVicente y ha asumido la responsabilidad de reivindicar. No dice en qué día ni en que hora ha tomado tan drástica decisión, que me llena de gozo y de felicidad y sobre todo me llena de sosiego. Sabedlo, malditos ladrones, violentos violadores del domicilio: nuestro presidente nos promete reivindicar «una mejora para acabar con el miedo».
Pues bien, aparte de que las reivindicaciones, como los proposiciones suelen ser cosa de la oposición y no de quien gobierna, tened una cosa muy clara, ladrones violentos: ya hemos perdido el miedo. Su ánimo pugnaz y reivindicador está con nosotros, al menos espiritualmente, porque con policías no está, no se le espera ni los tiene.
Además, y quisiera añadirlo, si nuestro presidente no puede aceptar que la gente viva con miedos en su propia casa, pues eso, estamos salvados por hálito del Espíritu Santo. Ya me siento mejor. Esto es un presidente, sí señor. Podemos.