Otro sistema de entrada de yihadistas puede ser camuflados en una patera de inmigrantes ilegales |
Llegó tranquilamente con una lancha y un kalashnikov
a la playa de Susa, Túnez. Bajó, pisó la arena y empezó a
buscar turistas, con calma, selectivamente. No disparaba al azar,
sino sabiendo muy bien que se llevaba por delante a algún europeo,
mientras los empleados tunecinos lo miraban extrañados y es de
suponer, paralizados por el terror. Aquel pajarito de 23 años,
atiborrado de anfetas no era ningún Rambo, de hecho es una piltrafa
humana que probablemente no hubiera tenido redaños de enfrentarse a
otro tirador armado, pero pasó algunas jornadas en Libia -territorio
comanche donde los haya- y se familiarizó al menos con el fusil
ametrallador ruso, que es un arma letal. Mató a 38 turistas.
No perderé el tiempo juzgando la ineptitud de la
policía tunecina. La policía española es excelente, la guardia
civil tiene un prestigio internacional en su lucha contra el
terrorismo. Y aun así se han columpiado no pocas veces: aparte de
miles de heridos, de españoles con desórdenes mentales de por vida,
los criminales han dejado 858 asesinatos, de los cuales más de 300
todavía no han sido esclarecidos.
Que la policía de Túnez actúe tarde, mal y
descompensadamente es algo que ellos mismos pagarán: necesitan el
dinero del turismo con urgencia y apenas comienza la temporada han
quedado todos los hoteles vacíos. Pero Túnez es un Estado con
muchos enemigos y es muy posible que después de las jornadas de
insurrección de 2011, las fuerzas de seguridad hay sufrido profundas
bajas en su organigrama. Lo supongo, porque no lo sé.
La policía española sí ha sacado una lección: puede
llegar a las costas de la Península o de las Baleares una lancha
tripulada por un lobo solitario, acercarse a la arena de cualquier
playa y comenzar la escabechina.
La irrupción de lanchas que se saltan el sistema de
vigilancia marítima SIVE no es habitual. La criba es eficaz, pero no
es perfecta. Hace unos días llegó a una playa de Cádiz una lancha
cargada de hachís, a plena luz del día. Sin ir más lejos, a
Mallorca han llegado pateras cargadas de moros y de subsaharianos. Y
lo que es más difícil, incluso a Cabrera, como ocurrió el año
pasado con once jóvenes argelinos.
En mi artículo 'Ibiza devolvió el helicóptero aArgelia' (día 2 de julio del año pasado) yo recordaba la aventura
del oficial del ejército argelino que desertó y llegó a nuestra
isla.
Pocas bromas con las lanchas inesperados. Estamos muy
cerca de un universo revuelto y en plena guerra. Nuestros sistemas de
protección no son infalibles, por mucho que trabajemos la
prevención. Y si nos mandan millones de sus turistas también pueden
mandarnos algún yihadista drogado con sed de sangre. Bueno es saber
que puede ser neutralizado antes de llegar por nuestros corsarios
cruzados.
Diario de Ibiza
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