Esta es toda el agua que hay en el planeta Tierra. ¿Habrá que cuidarla? |
Lo peor es ver cómo los técnicos de los servicios de mantenimiento del agua y sus conductos ven las fugas y pasan por delante y las ignoran como si nada», explicaba un miembro de SOS H2O. Se queja con razón de la carencia de agua potable y de la gran cantidad de fugas que aumentan escandalosamente el problema de la sequía. Este joven tendrá tiempo de constatar que las pérdidas de agua en las canalizaciones son elevadísimas en las Pitiusas (y en gran parte de España) y que el interés de los políticos está cercano al cero.
Recuerden solamente los manantiales que emergían en el interior de garajes y plantas bajas de la ciudad de Ibiza, ante el desinterés municipal. El propietario evacuaba el agua con una bomba que la arrojaba directamente al alcantarillado con las aguas sucias. Cuando yo hacía reportajes en los años 80, la isla ya mostraba el mismo problema, con el agua salitrada que bendecía nuestros hogares y masacraba nuestras lavadoras y sobre todo los calentadores o termos. En prensa escrita saqué decenas de reportajes y en un breve intervalo que trabajé para TVE, les colé al menos dos sobre la pésima calidad del agua potable de Ibiza. En uno de ellos, el ingeniero Narciso Cabanellas, que quiere y conoce bien la isla, expresaba sus desesperación, no solo por las pérdidas, en cierta forma irremediables, sino porque el alto consumo exigía una extracción brutal de los pozos.
De esta manera, las aguas pluviales jamás conseguían recuperar nivel y rellenar los acuíferos con agua dulce. He dado estas referencias personales y con nombres para hacer patente el problema enquistado y sin solución aparente. Aunque supone un gran negocio para algunos, no hemos conseguido en cuatro décadas que el agua que mana por nuestros grifos sea mínimamente presentable. No es que sea dura, no es que sea muy calcificada: es directamente venenosa en algunos casos.
Hablar de aguas en Ibiza es ponerse a llorar. Comprendo que estos jóvenes estén indignados. No es para menos. Y si consiguen organizarse –como ha ocurrido en otros sitios de España– y pueden denunciarlo en los juzgados es muy probable que ganen el caso. Me refiero a que al menos no te cobren por este líquido infecto que sirven ahora en distintos puntos de la isla. Esto, si no se piden daños y perjuicios por los electrodomésticos obstruidos y destruidos. Da lo mismo dónde miremos: si es en el mar, nos arrojan a diario centenares de cisternas con aguas sucias y residuos sólidos. Si es en tierra, hemos quemado las entrañas de la isla con sal, el mismo castigo que infligieron los romanos a Cartago. Podríamos hacer poesía y acabar con una frase bonita. Solo diré que el agua es la vida. Y sin agua, ya saben.