Obra de Brad Kunkle |
Hablemos un poco de tan ordinaria cuestión, en algunos aspectos que nos atañen. Por ejemplo sobre la reacción ágil de los hoteleros de Baleares (camuflados bajo Fundatur, una fundación cultural, ejem) cuando se enteraron de que el Rey de España renunciaba a seguir navegando con y en el yate Fortuna, que gasta una barbaridad y el señor ya no está para estos trotes. Se lo habían regalado hace 13 años. Este potente yate está valorado en 18 millones. No es una ganga. «Ah, pues si no lo quiere, que nos lo devuelva» ¿No fue una donación al Patrimonio Nacional? No, al parecer fue una grosera maniobra de promoción turística para atraerse la real simpatía y presencia. Ignoro si en aquellos momentos Urdangarín se fijó mucho en esta maniobra, pero no dudo que es un precedente. Un precedente de qué, no sé, de algo.
Nos queda un trecho larguísimo para convertirnos en una sociedad civilizada, honrada y justa. Algún día y por algún sitio tendremos que empezar. No empecemos por la playa de Palma, ya que estamos en Mallorca. Desde 2009, un consejo de ministros reunido en Palma decidió elegir la zona como destino turístico maduro sobre el cual intervenir en una operación urbanística que se presentaba espectacular. Cinco años después se han gastado 27 millones, no se ha movido ni un ladrillo y la Playa de Palma sigue peor que nunca, sobre lo cual se ha hecho eco el escandaloso diario Bild alemán, poniendo a caldo una zona dominada por la borrachera, la delincuencia, los delitos, la droga y la violencia. Así que nos podemos quejar de muchas zonas de Ibiza, pero no vamos solos. Al menos aquí no nos hemos fundido las carretillas de millones que en Mallorca han desaparecido. Por cierto y en general, en tiempos de vino y rosas socialistas.
El tema es tan gordo como los derroches en transportes. Merece un artículo aparte. Ciertamente, los socialistas viven bien cuando mandan ellos. No habiendo tenido suficiente dosis con 13 años de felipismo, los españoles decidieron otorgar su confianza a un tal Zapatero ¡dos veces seguidas! Y ahora hay digerir y pagar deudas. Y así, mientras en Ibiza nos preguntamos cuándo se finalizarán las obras del Parador de Dalt Vila, uno se entera por la prensa nacional que, simplemente, la empresa Paradores está en quiebra y el equipo que la condujo a tan honrosa posición fueron los socialistas más mimados por ZP. Se pusieron sueldos que llegaban hasta los 200.000 euros y disponían de una escudería de seis BMW de alta gama. Miguel Martínez Fernández, el jefe, era íntimo amigo de ZP.
En fin, que la finalización abortada del Castillo se la debemos a este brillante equipo de jóvenes gestores socialistas. Los mismos que se pasan la vida dando lecciones de ética y de eficacia. Hablemos de algo más animoso: todas las fuentes coinciden en que será un brillante año turístico para España, gracias a la afluencia de turismo extranjero. Es una obviedad, pero siempre digo lo mismo: no nos cansemos de recordar lo obvio.