En 1953 se realizó una/otra campaña de prospecciones arqueológicas en s’Illa Plana con resultados más que satisfactorios. En 1907 Arturo Pérez Cabrero, de la Sociedad Arqueológica Ebusitana (qué nombre tan bonito, me gusta incluso para un grupo musical) había decidido meter la azada en aquellos viñedos que de vez en cuando revelaban unos fondos ricos en restos.
La gran campaña condujo a un gran descubrimiento. En otro artículos ya he dicho que s’Illa Plana se desveló después de dos mil años como la gran catedral de la civilización fenicia o púnica.
Las reliquias mostraban un lugar de culto, probablemente el centro fundacional de Ibosim, una de las joyas más apreciadas por Cartago, una isla que procuraron siempre preservar de las guerras. Y ciertamente, fue escenario de guerras contra los romanos y entre los romanos en sus guerras civiles.
Pero poco duró la dicha de aquel recinto. La isla era llana, pero acabaron de allanarlo precisamente en 1953 y siguientes: un sitio privilegiado para levantar la casa de veraneo y más desde que Emili Pou completó su proyecto de diseño integral de las aguas del puerto.
Botafoc, s’Illa Plana y Illa Grossa formaban un rosario de defensa, de aviso y de vigía a una gran bahía que disponía de abundancias de agua dulce potable, de extensas huertas y con posibilidad de acceso con diferentes vientos.
El aplanamiento de la Illa Plana supuso el final de cualquier posibilidad de estudio continuado. Las obras continuaron y hoy ya han formado un mazacote difícil de explorar.
Sólo faltaban los hoteles (los mismos que ahora reciben su propia medicina con las obras del nuevo dique portuario de Botafoc) y los hoteles llegaron.
Incluso así, los frutos arqueológicos del antiguo templo, de una cisterna y de otras pozas ha sido muy fecundo. No tengo catalogado el material ante mí, pero me parece recordar que los yacimientos incluso proveyeron de material a los museos arqueológicos de Barcelona y de Madrid.
En cualquier caso, una parte del actual museo del Puig des Molins nos muestra este material. Quien pueda visitarlo, goza ahora de una buena oportunidad de disfrutarlo. No voy a ironizar con las humedades y el estado de clausura provisional (¡lleva 15 años cerrado!) del museo. Sólo recomendar la visita y ver la parte positiva del asunto.
Además deseo que permanezcan expuestos los fondos de Es Cuieram (por favor no me lo cambien por Cucharamen ni por Culleram). En tal caso, partiendo desde 1907, se podrá contemplar el gran descubrimiento de la Ibiza fenicia cien años después. Somos fenicios.