Ibiza tiene grandes competidores muy cerca y con instalaciones mejores |
Quienes se dedican al turismo desde hace décadas saben muy bien que las oportunidades hay que cogerlas al vuelo, por esto, cuando aparece algún resquicio para operar, los hoteleros no pierden la ocasión de ajustar precios al alza. O sea, subirlos. Es justo decir que, por el contrario, cuando las vacas vienen flacas, no tienen más remedio que ajustarlos a la baja.
Si tuviéramos memoria recordaríamos lo que ocurrió en Ibiza a partir del año 2007, cuando empezaron a irse inmigrantes a miles, los contratos alcanzaban el mínimo para cotizar todo el año y no pocos residentes se quedaron sin el empleo. Dado que en 2011 empezó la mejoría, ya nos hemos olvidado de estas cosas. No debiéramos hacerlo. Es sensato retener en la memoria las cosas buenas, pero más lo es acordarse de las penurias.
Estos grupos de Internet que claman al cielo por los precios de los alquileres no quieren recordar que en Ibiza hemos tenido siempre este problema, aunque no se expresaba de manera tan acuciante y aguda. Con todo ello quiero decir que somos un sitio muy especial y que las cosas cambian y no precisamente por pegar cuatro gritos delante del Consell. No juzgo, solo expreso un hecho objetivo.
Esta escasez de vivienda pasará tan pronto como el turismo recupere su orden natural y las Pitiusas devolvamos los turistas que nos han prestado los países en guerra. Y esto va a ocurrir. Miren, de hecho ya ocurrirá en 2017, aunque en escala menor. Tres años dije, hace unas semanas, serán necesarios para recomponer la locura geopolítica de Oriente Próximo y Medio. Arriesgué, porque hablando con propiedad nadie conoce el futuro. Y menos yo. Pero con la victoria de Trump se van a a acelerar las cosas y antes de 2020, Egipto, Túnez, Turquía habrán recobrado una gran parte de su cuota turística.
No hablo a la ligera. En vista de la sustancial subida de precios de Baleares, los operadores turísticos ya están presionando para bajar precios hasta límites importantes en dichos mercados. Ya se ha detectado en la feria de Londres. Y seguirán haciéndolo hasta bien entrado el próximo año. Turquía, Egipto, Túnez venden unas instalaciones hoteleras excelentes a unos precios irrisorios. La lucha se centrará en garantizar la seguridad y están camino de conseguirlo, al neutralizar al Estado Islámico –sin acabar de vencerlo, de momento– y por la alianza entre Putin (Rusia) y Erdogan (Turquía). Egipto caerá por su propio peso al necesitar de forma perentoria los ingresos procedentes del turismo. O sea, no será dentro de tres años. Mucho antes Baleares comenzará a esponjarse.